"Soy un vampiro, y tras años y años de experiencia aprendí a soportar la luz del sol, los ajos, y las estacas en el corazón."

~Jack Red

25 mayo 2010

Sutilezas

Comenzaría nuestra velada diurna hablándote de todas las tardes que te eché de menos,
y de todas las vanalidades del mundo escritas en nuestras muñecas
como chuletas para el constante examen de la vida, para no perder el rumbo, querernos
sin llegar hasta el fondo de ésto.

Contaríamos los pasitos que nos faltan para vernos, y las bandas blancas de los pasos de peatones
que siempre pisas,
que han echado raíces en el asfalto por esperarte,
y que pases.

Historias de abrazos y apretones, hasta dejarnos rojos los antebrazos,
besos torpes por falta de certezas, pero mi niña,
tú con esos ojos que dan ganas de bañarse en ellos,
y yo,
aún con éstos pelos de recién levantado, de nervios, de destellos
en paseos de luna que me regaló una noche en vela.

La música sería testigo de todas las canciones que te cantaría sin abrir la boca,
de todos los secuestros que cometeré con tus secretos, mira,
de tanto soñarte, al verte echo de menos mi almohada,
y todas las cosas que te haría anudada en mis sábanas,
como presa consentida en ésta relación de nómadas.

Que sí, que no te mentiría,
y sé que somos consicentes del pasado y su consecuencia,
que algún día las uñas nos arañarán las poesías,
y los recuerdos serán piel muerta y fría,
y nuestros dedos harán huelga de besos, por escaso sueldo
si su mayor recompensa es eso,
poder tocarnos.

Pero ahora, lo que es ahora,
me romperé contra ti en un beso de porcelana,
e igual que muchas otras veces me arreglaré con cola y paciencia,
y más allá de estos días de mierda, en los que nos extrañaremos antes de irnos,
intentaré hacerte mi religión, así como mi ciencia,
y trataré de volver a tí, antes que el frío vuelva.

No miraré a un tiro de piedra de nuestro futuro,
treparé por tus hiedras, que son tus piernas, y mañana
qué se yo, aguantaré el pan duro,
y las migas negras,
ésas que siempre me picarán por todo el cuerpo, las veces que no esté contigo,
como la estela de tu aroma, de tu pelo, y de sus ramas, escondida
en algún lugar
bajo mi cama.

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