"Soy un vampiro, y tras años y años de experiencia aprendí a soportar la luz del sol, los ajos, y las estacas en el corazón."

~Jack Red

27 febrero 2013

Gracias por su visita (Preludio de una servilleta)

En su increíble mirada hay unos pocos segundos efímeros en los que esos ojos consiguen prometerme lo que sus labios nunca harían, lo cual es dulce y a la vez amargo, porque sé que existe una lucha entre nuestras verdades y nuestras bromas. En verdad no sé actuar en éstas situaciones, decido disfrazarme de payaso y dedicarme a los chistes y así, mientras tanto, cazo furtivamente sus sonrisas y las guardo en mi memoria con la nitidez de una fotografía. Cuando no mira, hago repaso de sus formas, la textura de su piel, la ternura en sus gestos... "La chica revelación", así solía llamarla un viejo amigo, cuánta razón, creí que no existía, y ahora la veo encarnarse en cada una de sus líneas.

Casi llego a enfermar de ganas, de pensar en ella, de soñar despierto. Casi rozo con los dedos la locura, ansiando su compañía. Hay un no sé qué en su forma de ser breve y mordaz, en su forma de confundir palabras, en su despreocupada forma de reír, sin miedo ni crítica, sin preguntarse siquiera dónde está la gracia. Me mata esa forma tan sutil que tiene de invitarme a permanecer cerca, como construyendo un muro de cristal bajo su piel -se ve pero no se toca -esa forma, cruel y a pesar de ello tierna, de tirar de mí hacia sí, y de expulsarme de nuevo al cosmos. 

Simplemente podría dejar de divagar, decir su nombre y desvelar así de una vez por todas el misterio, pero como siempre, la cobardía me encadenará a la razón y al miedo, y esconderé su nombre entre las letras de éste texto, como compensando así su muro de cristal con éste puente de papel, con la tenue, pero firme esperanza de que algún día, se anime a cruzarlo conmigo.