"Soy un vampiro, y tras años y años de experiencia aprendí a soportar la luz del sol, los ajos, y las estacas en el corazón."

~Jack Red

01 agosto 2021

Al amor, o lo que sea

Busco que mis palabras no sean ruido vacío, 
que no pierdan su llama por culpa del frío,
me marcho frustrado si sé que estoy lejos, 
y busco mi sitio cuando regreso, 
y no, 
no hay voz que me llame en ningún corazón,
soy sólo un recuerdo penoso, callado y herido
que llora en la esquina de su habitación,
y eso que yo,
que hice canción y poema de su importancia,
que le hice de abrigo y calmé sus ansias,
me abandona a su olvido, me quema, me cambia,
por una mentira piadosa en mi lápida.

Me sorbió la vida y con ella hace magia,
se enciende en aquél que se bañe en su gracia,
le di tanto y todo, a cambio de nada, 
y ahora de lejos me da la patada.

Ya no sé quién es, se escondió tras su piel,
no se si me quiere ver, 
o si quiere aunque sea verme de pie,
me da gracias,
me dice "soy fiel" y después se marcha,
y me quedo esperando por si me salva.

De qué me sorprendo,
si siempre fue así en este baile de lerdos,
si recé al amor con una fe ciega,
y mientras me besa se va y me degüella.

¿Dónde está?
que huye de mi cada vez que lo encuentro,
que juega conmigo cual niño pequeño,
maduro y aprendo, teorizo y pulo mi técnica
pero luego hablo y no escucho réplica,
y si, 
soy un quejica, 
me pudro pensando en lo que se me quita,
si fuera la ropa no habría súplica,
pero sin embargo se lleva mi música.

Son tantos los años rendido a su idea,
los barcos hundidos entre sus mareas,
las noches en vela buscando sus huellas,
por ver si aún poseo el calor de su hoguera.

El resto de cosas son solo piel muerta,
vestigios y premios de antiguas reyertas,
yo lo que busco es que llame a mi puerta,
sonría al verme y me diga "aquí estás"

Pero ya me he comprado cincuenta relojes,
y sus manecillas sentencian a voces,
todas las horas que paso en el trance
de recrearme en la piel que rocé.

Peino mis canas y no me hago daño,
al menos no tanto,
no sé vivir sin el peso que lastro,
y morir sin abrazos se me hace largo,
tedioso,
nací en un destello del cosmos,
para regalar hasta mi último átomo,
qué pena el deseo de ser de otros brazos,
y que ser sólo mío me dé tanto asco.

"Sigue",
me digo cuando acaba el llanto,
me enfundo la ropa de no sé cuándo,
salir a la calle a mecer la rutina,
a ganar dinero, a sumarme al tráfico.

No sé qué pretende mi estúpida queja,
mi mente me deja perderme en sus rejas,
empieza a rajar y se lía la madeja,
me moja en el jugo de su malestar.

Yo sé que el cielo un día escampará,
sé que aún hay tiempo para mejorar,
sé que aunque daña, la luz que me baña no engaña,
y que todo llegará.