"Soy un vampiro, y tras años y años de experiencia aprendí a soportar la luz del sol, los ajos, y las estacas en el corazón."

~Jack Red

27 enero 2011

Excusas de cine

Sabía que volverías a aparecer tarde o temprano, aunque fuese en los ojos de cielo de una cara distinta,
negaste una vez conocerme y aún me mirabas, desde lejos como se mira todo aquello que aunque no se quiera,
en parte se echa de menos,
y te reconozco en las facciones fugaces que nunca recuerdo, en colores de pelo que no son los tuyos y en sonrisa de pocos paletos en labios menos carnosos que esos con los que pronunciabas mi nombre,
es cierto, es ella misma saltando de cuerpo en cuerpo,
lo leo en la música que cree no ser, y es extraño, lo sé,
pero se me caen los abrazos al suelo con cada ráfaga de aroma que me regala su viento,
su aliento me roza y me incita,
y puede que sea mi mano hambrienta de piel la que cobra consciencia mientras yo duermo,
y las olas nos hacen visitas en sueños arrastrando cada uña clavada en la carne y cada gemido en el alma,
me acuerdo y a veces lo extraño y sonrío pero quiero llorar en el fondo,
tan hondo,
tan hondo que creo perderme y ahogarme, que no hay salida,
que mañana estaré muerto, que estoy en un pozo negro,
y de negro irán todos a apagar una a una todas las velas de mi entierro,
que en este mundo de mierda verte es consuelo,
es un giro de tuerca que pronostica alternativas y vende descansos a tres besos el metro cuadrado,
lo supe,
lo supe pero solo fui capaz de tenerte en mis pensamientos,
sólo en mi imaginación logré hacer realidad los bocetos en tinta de sangre de este tío, borracho de calles,
solamente compadecido,
si me vieran por dentro por un momento sus caras se tornarían en angustia,
se quedarían todos parados pausando la fiesta y agacharían la cabeza en modo procesión,
regalándole una lágrima de silencio a mi imagen,
colgado del hierro de baranda en un parque perdido de la mano de dios,
y yo me caería en mi cama más tarde al son de Black Sands,
abrazándome los hombros huyendo del frío, y decir:
mañana,
otro día será.

26 enero 2011

Acompañía

Elige un sueño de toda esa lista de sacos por llenar y dale un soplo de esos tuyos que hacen volar hasta el miedo,
conviértelos en barcos y viaja con ellos.

Mira danzar a la niña en el suelo, dueña de la libertad más grande del mundo que cabe en el avioncito de papel lanzado por sus tímidas manos de pocas heridas, haciéndole jugar a las esperanzas entre nubes,
y aún cree poder rozarlas si salta alto y estira la mano,
frunciendo su esfuerzo en las piernas y marcando su rumbo en las yemas de los dedos,
créeme, si te fijas bien, verás que lo ha conseguido,
y verás que no es la primera,
ni será la última vez.

Es feliz allá lejos, donde tú, y también yo, algún día caeremos,
para entonces habremos surcado tantos cielos con la mirada,
habremos deshidratado tantas veces el llanto hasta la milésima,
y gritado como animales perdiendo la vida,
nos habremos tragado tantos malos humos que poco nos queda que respirar,
habremos regalado tantos latidos que nos quedarán los justos para un par de ultimas palabras,
o guiños,
o risas, quizá,
o lágrimas.


Es en éstos momentos que tengo colgados en mi tablón de noche en los que te pido que vayamos a llorar a los bares y a reír a los funerales, por favor,
que vayamos a leer al cine, como dice Escandar,
a volar a la cama, y a dormir a la playa,
que corramos a besarnos en el rincón más desconocido,
quizá por ello menos romántico, pero precisamente por ello más privado, y no menos bello,
para librarnos de una vez de los tópicos raídos de parejas en parques, de dedos que exploran otras manos,
y al margen de todo besarnos,
mandando a tomar por culo al mundo y sus estupideces,
escondidos por un momento de los sinsentidos y de las sandeces,
rompiendo relojes de arena, enterrándonos vivos,
y que nada ni nadie sepa lo que ahí hubo,
para tener en nuestro recuerdo, por siempre, mientras dure,
el mejor secreto,
mejor compartido.

09 enero 2011

Pericardio

Qué cambiaría si ella supiera lo borracho que estoy en este momento, sólo recordando su nombre, sólo callando los contornos para no dejar que vea los límites. Qué pasaría,

si ella de pronto quisiese gritarme más allá de Londres, como arlequín triste de tristezas imposibles que se sufren botella en mano sobre edredones, cual pirata de ron de amores bebiendo sin nombre, qué diría,

si me viera caer por enésima vez desde lo alto de mi montaña de ambiciones, como el maestro de circo enamorado de los malabares, condenado a presentar siempre a los payasos, a lo randomness,
siempre en el segundo plano de las malas actuaciones, qué pensaría,

al oír la fría melodía raíz de mis canciones, la semilla del fruto caída de infinitos árboles, si yo también he visto lo negra que es mi alma, porque he sentido en mi piel frontera el blanco del invierno, con un sabor parecido al de la lágrima magnánime que dejó caer el gigante, soñaría,

con el coloso de rescate en su cueva matadragones, dándole palizas a sus deseos para poder regalarle realidades, tambaléome

sobre mi codo chaqueta verde, sábana de abajo como Diógenes,
acumulando recuerdos basura en mi hogar que es mi mente
y quiérome, por tantas veces que dije

"olvídame"

para que yo te recuerde.

07 enero 2011

I know you are but what am I?

El problema es que estoy aquí tumbado boca arriba con el ordenador en el regazo, mirando el cuadro blanco donde en unos minutos deberá haber un texto, y sin embargo no puedo dejar de mandarme a dormir por dentro, lo que me quita en gran medida el apetito de escritor que intento recuperar no sin esfuerzo. En mi reproductor suena una canción en reverse que pretendo usar como soga para este suicidio de ultima carta de noche, mi nota de despedida para el reloj, testamento de almohada, qué se yo.

Me he topado con tantos personajes y personajillos, seres frustrados que no se encuentran a si mismos, niñas lloronas, chiquillos que se creen mafiosos por drogarse, mujeres verdaderamente fuertes que no saben el peso que están soportando, hombres que se han visto al espejo y se han reído de la muerte, gente que la teme más que a nada, yo entre ellos, jovencitas con filosofía de camas, jovencitos con filosofía de cuarto de baño, los que se refugian en alcohol, la anoréxica, los que dejaron los porros, los que se pintan la cara porque no se gustan, y las que se creen fotógrafas por tener una cámara cara, las independientes hasta la muerte, y los que buscan su hogar entre cartones, las que se tiñen el pelo de mil colores, los que piensan en la vida mientras juegan al ajedrez, los que se conocen y se temen, el que no para de escuchar música, el que lleva seis años con su novia, la que folla de maravilla, el gurú del balcón, el pequeño monologuista, la chica que puede tirar todos tus argumentos al suelo con una sola frase, la que se corta los brazos, la que no se corta con los abrazos, el que lleva aguantando toda su vida a su padre, el que no se dejó vencer por su aspecto, la que sí, el mesías de San Justo haciendo malabares con dos palos, el hombre que no para de escribir y dice tener agua en la cabeza, el pequeño Buda que baila su psicodelia en un cuarto de dos por dos, la que por más que lo intenta no cae bien, la que no se deja conocer, el chico mexicano cuya vida es un viaje, la chica que perdió la fe en el ser humano, la rubia tonta, la pelirroja buenorra, y la morena imposible, el nazi a mas no poder, el machista con argumentos, el punki de litro y cadenas,la hippie sin logo de la paz, el rastafari tristón, los mods que se muerden la lengua, la del lunar en la mejilla, el del piercing en el pezón, el de la cresta...

Los he visto y vivido, los ojos azules a punto de reventar y las espaldas que son poemas, los dedos morcillas, las arañas, los cacahuetes, las mandarinas, las ciruelitas, los días tristes de hospital y las lágrimas queriendo irse, las risas queriendo volver, el calimocho del séptimo cielo y los chupitos de absenta, las motos sin casco y las pérdidas de costumbres, las cuerdas rotas, las toses hasta vomitar, el inconsuelo, el agobio, la ansiedad, la migraña, el miedo, la impotencia. Los días de lluvia buscando un batido, el sexto sentido, el sexo con música, con la luz encendida, la luz apagada, las noches en vela, las setas de tarde, los paseos a las cinco, la nieve en los tejados, los besos en los portales, los adioses en las estaciones, las carcajadas en los parques, los botellones en las habitaciones y los submarinos en los cuartos de baño, las banderas y los atropellos, los accidentes y las casualidades repentinas, el pop que nunca entendí, la comida exótica, la universidad, los dibujos guardados en el cajón, los amigos que están lejos, y los que están por llegar, las caricaturas, los chistes malos a morir, los dolores de pecho, los tatuajes y las pulseras, el cine, los sms sin venir a cuento, los desengaños, los malentendidos, el vino, las pastillas azules...

¿Qué sabrás tú? Dirán muchos, y no puedo hacer más que suspirar con condescendencia, y darles la razón, como a un hermano pequeño.

01 enero 2011

Vuelve a ser

Hoy puede ser otro día,
u otra noche de pestañas vacías,
en la que te quitas la ropa sacándole los colores al amanecer.

Cómo quisiera estar ahí en ese momento,
en que copas y sueños se despiden,
tras el último suspiro de fiesta,
tras la ultima gota de licor.

Cuando dices
okay, its enough today
tonight,
cuando un crío te deja ver lo importante que sería para él romperte la nariz,
y te preguntas en menos de un momento
así funciona el mundo, ¿no?

Goodbye, boy, try again the next time.

Año nuevo, otra vez.