"Soy un vampiro, y tras años y años de experiencia aprendí a soportar la luz del sol, los ajos, y las estacas en el corazón."

~Jack Red

08 mayo 2020

Anhelos

No puedo soñar sino en convertirme en vapor, en un incendio de amor, y quizá ese sea el problema. Llevaba dentro una sequía que se había vuelto insaciable, pero llegó ella a regarla con sus palabras, y yo me bebí todas y cada una de ellas agarrándome con fuerza al suelo que nos sostenía, como si por fin tuviera respuestas.

Pero no me salvó. 

No me salvó porque no había nada de qué salvarme. Siempre ha sido igual, soy aquel que se asoma a los pozos a tender la mano a quien está dentro, y cuando caigo dentro de uno, soy el que trepa por las paredes porque sé que nadie vendrá a tendérmela a mí. 

Pero no me salvo.

No me salvo porque yo también ardo, exploto, me encojo y desaparezco. Porque en mi interior hay un fuego que ha quemado más que alas, y unas tormentas asfixiantes, y unos vientos despiadados, que me está llevando la vida tratar de entender. 

Y de eso no puedo salvarla.

No puedo salvarla porque ella lo hará sola, en silencio, sin decírselo a nadie. Siempre ha sido igual, es aquella que sin ayuda trepó por las paredes del pozo más profundo y salió, y cuando se encuentra a punto de caer en otro, lo cubre de hormigón y ladrillo, antes de seguir su camino.

Y así se salvará.

Se salvará del destino y sus macabros planes, se salvará del hombre y sus cadenas, se salvará del hambre y su yugo, y se salvará de las sombras que le persiguen, y de las pesadillas que le ahogan. Se salvará de la infelicidad acechante, de la falta de pasión. Se salvará del mundo y su absurda geografía, se salvará de sí misma. Se salvará de mí.