"Soy un vampiro, y tras años y años de experiencia aprendí a soportar la luz del sol, los ajos, y las estacas en el corazón."

~Jack Red

11 octubre 2014

Sometimes i need a circus

A veces siento que mis pensamientos son un enorme océano de una sustancia blanca y nacarada, una especie de semen, o ruido blanco, y los conceptos emergen de él como una lejana y vieja señal de radio incomprensible y grave. A veces siento que mis pensamientos son tan fútiles como eso, una onda de radio que ha atravesado el universo entero para acabar chocando contra mi cerebro en un microscópico espectáculo de fuegos artificiales de bajo presupuesto.

Si encendiese el televisor y marcase un canal diferente, uno de esos que no se pueden escribir con números, con ninguna tecla del mando a distancia, casi seguro vería mis pensamientos retransmitidos en directo, esa orgía de puntos blancos y negros que chillan desde el infinito. Suelo hacerme incómodas preguntas acerca de la realidad, y sólo cuando permanezco despierto mucho tiempo, el tiempo suficiente para que la química de mi cerebro cambie, entonces, y sólo entonces, es cuando esa distorsionada voz que hace vibrar la líquida superficie de mis pensamientos se hace más clara.

Nunca responde ni enseña, es solo un eco, una señal de auxilio perdida, el último estertor de alguna antigua civilización precursora, unas palabras ya desgastadas a fuerza de haber sido infinitamente repetidas, sonando casi a oración alienígena, o a llanto animal.

Miro ese lugar donde acaban mis dedos, ese punto concreto del espacio y del tiempo, y creo que soy capaz de extenderlos un poco más allá de lo que me permite mi cuerpo, intento empezar a salirme por ahí, como pretendiendo despegarme de la carne que me encierra, y a veces creo lograr sentir el tacto de las cosas que no toco, acariciarle la nuca a alguna muchacha que camine cerca de mí. Puede que me recree en esas ilusiones durante demasiado tiempo.

A veces me da la sensación de que todo lo que sé lo llevo atado con hilos a mis tobillos, y al caminar esas certezas se desmenuzan contra el asfalto tras de mí, se resquebrajan y se despellejan quedando inservibles y sangrando mentiras por todas sus heridas.

Necesito hallar el modo de responder, quizá cuando consiga enviar el S.O.S. me de cuenta de que fui yo el autor de aquella señal de radio, en un momento y lugar muy diferentes, muy lejos en todas direcciones.

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