"Soy un vampiro, y tras años y años de experiencia aprendí a soportar la luz del sol, los ajos, y las estacas en el corazón."

~Jack Red

23 septiembre 2014

Borradores III

SIN TÍTULO - (11/08/2013)

Cada día que pasa es mas difícil, más duro, hay mas trabajo, más calor, más ganas de irme, pero sobre todo crece un fuerte nudo en mi pecho cada vez que hebra a hebra te pierdo, con cada signo de indiferencia, con cada ausencia mal disfrazada.

Escribo esto en un privado de Tuenti, porque imagino dentro de poco será el único modo que tendré de poder decirte algo un poco más extenso que un saludo, antes de que cierres el telón de la distancia entre nosotros.

Escribo, porque hoy me he permitido el pequeño lujo de estar triste, porque creo que me sobran motivos para ello, y porque a pesar de todo eres la única persona que podría llegar a entenderlo, y espero que algún día, si te aburres lo suficiente, te pares a leer esto, que no es más que un autorretrato de sentimientos, no un juicio, ni mucho menos una petición.

No le tengo miedo a la tristeza, ni al futuro. Retahílas de decepciones me han hecho amigo de los malos humos, las desesperanzas y las lágrimas. Me hace gracia que digas que me proteges del daño al no contarme qué sientes, mientras claramente te alejas día a día. Es una mentira similar a la del medico que antes de clavar la aguja asegura que no dolerá.

Tú sabes todo esto, no solo eres preciosa, también eres inteligente. Sabes que el silencio duele más que la verdad, sabes que lo que pasa no es que hayas caído en la rutina, sino que me has sacado de ella.

Rutina [...]

Así que sólo puedo esperar mientras poco a poco me conviertes en un sonidito de móvil que de vez en cuando grita que te echa de menos, y al que cada vez prestas menos atención.

Esperar mientras esta relación se comprime hasta convertirse en un punto tan pequeño, que de a poco se lo lleve un suspiro.

Esperar estos interminables 20 días a que con suerte, Septiembre tenga la última palabra, y hable en favor de ambos.

Pero hasta entonces no me quedan mas cojones que vivir con el corazón en un puño, la esperanza en otro, con la preocupación y la tristeza de ir a perderte en breves, o incluso de haberte perdido ya.



SIN TÍTULO - (28/06/2013)

Seguramente hagan falta siete vidas para escribir tres poesías,
escucho en ellas llorar a mis maestros y algo en mí se revuelve,
mis historias, mil kilómetros y días después de sus muertes,
consiguen que llore con ellos mi pérdida a través de la suya.



SIN TÍTULO - (01/04/2013)

El cenicero se encontraba en lugar incorrecto, lo cual obligaba a mi mano a moverse de forma ortopédica a cada cierto tiempo. En cambio, el flexo se encontraba en su pedestal de madera, su lugar predilecto, mi mesita.



SIN TÍTULO - (19/03/2013)

Los consejos son una forma de nostalgia.

18 septiembre 2014

Borradores II

SIN TÍTULO - (11/02/2014)

Incluso habiendo hecho gala de mis tristezas pareciera haber perdido la guerra
cuando ni siquiera se ha acordado aún una batalla [...]



SIN TÍTULO - (18/08/2013)

Juego al juego de amontonar chapas de botellines en mi mesita mientras espero que mi condena termine. A veces veo al verano como a mi infierno personal, justicia kármica que me impone penitencia por cada pecado cósmico que he cometido durante el año. Cada año estoy más seguro de ello. Todas las primaveras se me posa la miel en los labios, y cada verano se me seca la boca, cada otoño son lágrimas, y cada invierno nostalgia.

Llego a creer merecer todo esto, más incluso ebrio. He aprendido a ser delgado de espíritu, alimentándome de una tristésima parte de las sonrisas que regalo, peso tan poco por dentro que creo que mi corazón cabría en cualquier mano, tan futil que jugar con mis sentimientos ya no es deporte de riesgo, mucho menos entretenimiento.

Siento que el tiempo erosiona, el amor más y aún lo anhelo. Una vez fui galeón surcando corazones, iba con mis dos tibias bien sujetas a mi calavera, hoy apenas me veo como un pesquero que consigue ser feliz si pesca tres sardinas, y puede regalarlas al mar de nuevo.



SIN TÍTULO - (12/08/2013)

Había perdido esta guerra con ella desde el momento que dí el primer golpe,
quién sabe,
quizá he cometido el error de volver a enamorarme,
pero no termino de comprender como funciona el juego de la felicidad,
pues cuando la busco me la roban,
y cuando quiero entregarla
les sobra.

He tenido en mis labios el sabor del fracaso tantas veces que nos hemos hecho viejos amigos,
y cuando le veo asomar por la ventana de sus ojos, aunque nos separe un cristal de kilómetros,
no puedo hacer mas que esbozar mi triste sonrisa por dentro y dedicarle un "hola de nuevo" a la soledad.

Parecería que no, pero llego a creerme mis propias mentiras,
llego a sonreír tras una conversación en la que tú quieres dejarme y yo
creo ingenuamente haberte convencido de lo contrario.

Atrapado en una jaula de horas domesticadas,
mi alma no alcanza a errar más lejos de éste pasillo,
anhela una libertad de la que nunca se sintió parte,
y [...]



SIN TÍTULO - (16/07/2013)

Sigo siendo llamado al estrado de la injusticia,
y niños que quieren ser jueces se sientan sobre mí,
a intentar que sienta el mal de mi pasado.

Ahí fuera la luz sigue siendo luz,
las teclas suenan igual cuando las pulsas,
y poco menos podrían enseñarme estos demonios
que necesitan un taburete para poder amartillar sus juicios sobre mi conciencia.

Apenas entienden que reservo un sótano de la realidad para mí solo,
donde cuido a mis fantasmas,
alimento mis esperanzas
y me derrumbo ante canciones,
antes de sonreír detrás de las lágrimas.

Aquí poco hay
que nadie pueda juzgar,
apenas nada.

Si me ves en los ojos el brillar de [...]

16 septiembre 2014

Borradores I

SIN TÍTULO - (19/08/2014)

A veces no soy capaz de definir con claridad lo que siento en momentos determinados, quiero decir, puedo ser divertido e ingenioso, crítico y tenaz, profundo y reflexivo, confidente, cálido, pero otras veces simplemente soy un pozo de silencios, y eso me preocupa porque hay momentos en los que de verdad me gustaría arrancarle unas carcajadas, o convertirme en escalofrío y recorrer su espalda, o debatir nuestras obviedades fingiendo ser infranqueables, y sin embargo permanezco ahí, callado, distante, embelesado en sus detalles, como drogado por su presencia, un mero muñeco de tenue voz y torpeza constante, que poco vale lejos de allí. [...]



SIN TÍTULO - (11/08/2014)

Todo empieza con el mediodía, el cual, como muchos otros uno espera pacífico y sin grumos, pero sin embargo es interrumpido por una voz de auxilio que grita desesperada justo debajo de tu cama, así que te vistes con lo más formal y bajas a rescatar a esa familia que se ahoga en sus propias lágrimas: tu padre, el dueño de los barullos, quien no deja títere con cabeza a la hora de juzgar y que deshecha en el pozo de su desdicha todo lo que no puede controlar, tu madre, un caos estable únicamente quebrable por la sobredosis de órdenes, esclava de sus vicios y vindicadora de sus verdades, y sobre todo tu hermano, un nudo de barbaridades al que sólo se le puede echar en cara su inocencia.

Así que los rescatas, pareciendo ser el peón más frágil de su ajedrez de hazañas, sin poder evitar el odio, porque hay odio entre ellos, un odio que quema y que hace llorar al niño que fuiste, al que jugaba en alfombras de carreteras y al que se peleaba de broma y en serio con su padre en un sofá hecho de cosquillas, al que le quiso llevar en su silla de ruedas cuando casi y sólo casi partió por la mitad su futuro.

Pero no pasa nada, crecer es eso, significa llevarte contigo lo que recuerdas como equipaje, y traerlo al presente cuando otra cosa no sea suficiente, y morirte de tristeza cuando nada sea tan bueno, y saber que pierdes constantemente y eso nada puede impedirlo pues todo lo bueno que llegue es lo mejor que vas a abandonar, pero en fin, que me pierdo, yo hablaba de las noches, las noches de verano [...]



SIN TÍTULO - (24/03/2014)

Somos algunas de esas gotas que se escurren por el vidrio, un puñado de verdes y húmedos cronopios, sin fama, ni esperanzas que nos arropen los sueños. Regalamos nuestro corazón en cada letra que lanzamos al aire cual avión de papel mal construido, y luego nos sorprendemos de sentirnos tan vacíos. Como todos, a veces nos rompemos en tormentas por dentro, y cuando eso pasa, nos dejamos llover sobre la belleza, y con esas mismas lágrimas damos de comer a nuestros folios.

Hemos venido a aullar a tus lunas, a subirnos a tu regazo, a acariciar tus retinas, a caminar tus nostalgias. Sabemos

~Ga [...]



SIN TÍTULO - (11/02/2014)

Puedes mandar a la mierda [...]

15 septiembre 2014

To learn to feel (Aciertos con piel de lobo)

Tengo esta rara costumbre de sumirme en los retrovisores cuando me quedo a solas en la habitación, como si al cerrar la puerta que me proclama remoto se abriesen las ventanas del pasado, los álbumes de fotos y los viejos cuadernos. La música no es que me ayude a salir del pozo tampoco, pero bueno, después de tantos años respirando la espesa atmósfera de la nostalgia uno aprende a concebirla de un modo distinto, ya no como una enemiga acérrima de la felicidad, sádica y morbosa ramera que pretende desgarrar con sus uñas los deseos, sino como una compañera de viaje. La gente teme y huye de la nostalgia como si sus besos no sanasen. Como si sus dedos, al clavarse en el pecho, quisieran arrancar el corazón y no simplemente acariciarlo. Ella atesora por ti los recuerdos que desechas por despecho, los guarda con cariño y te enseña a no olvidar cuánto los necesitas. Cuando te atrevas a darle la mano, ella besará cual madre tus heridas, y tarde o temprano verás que no son pérdidas sino fuerzas lo que te has llevado, que lejos de haberte roto, has construido una coraza. 

A veces me canso del presente, de la vida académica, de los amoríos corruptos, de todas las obligaciones indirectas, del futuro laboral y toda esa mierda pasivo agresiva, y necesito la paz y la balsámica calma de la reflexión nostálgica. Consiste en eso exactamente, en eliminar la presión pinchándose con la afilada aguja del pasado. Me tumbo en la cama y me recreo en la suavidad de la piel de un hombro ficticio que perteneció a la chica que estuvo justo ahí hace cinco años, le cuento en silencio cómo ha ido todo desde entonces, que aunque presuma de que no, un poco sí que la echo de menos, le digo que ojalá hubiese conocido a una versión no tan imbécil de mí, y le pido perdón de nuevo por no entender aquellas cosas que ahora parecen tan simples. Después nado en sus traslúcidas pupilas, y ella sonríe en su fantasmal silencio poco antes de desaparecer. 

Las únicas lágrimas que vierto son hacia dentro. Ellas limpian todo aquello que hasta entonces ensuciaba mi ánimo, y lo tiñen todo de serenidad. Así que una vez purificado, termino de hacerle el amor a la nostalgia, y es entonces cuando puedo levantarme y armarme de sonrisas, de sol y de nervio, sabiendo que en mi mochila aún hay mucho sitio para guardar instantes, que en mi interior hay vigas de sobra para soportar cualquier daño y que a veces, lo que parecen errores, no son otra cosa que aciertos con piel de lobo.