"Soy un vampiro, y tras años y años de experiencia aprendí a soportar la luz del sol, los ajos, y las estacas en el corazón."

~Jack Red

30 mayo 2010

Microescenas cotillanas fragmentadas

Nadie más la haría daño.
Abre una puerta blanca en mitad de la noche.
Mucho viento.
Nunca más volvería.
Y ésa era su casa.

_____________

Una bala entre la hierba.
No la toques, está caliente.
Mírate, las manos rojas.
Si, es sangre.
Y la hierba es tan mullida...

_____________

Qué ciegos vamos, es genial.
Hasta el gato se olvidó de caminar.
Tapa ésa luz, Jaime, más penumbra.
Se abre la puerta, degradando a negro.
Aparece el dinero, y se va.

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Esa pala de juguete era mía, y ésa moneda de cobre.
Mañana será otro día. Quizá muera.
Envidio tantas cosas.
Qué de cánas, mírame.
Y qué de arrugas.

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Ah, me duele todo, hay lluvia fuera.
Aquí sólo amolhadas.
Calefacción.
Una toalla.
Música, e inspiración.

_____________

A una la quiero, y la otra me quiere.
Mecerme por éste hilo es peligroso.
Qué dolor causó, y qué dolor siento.
Quizá irme sea lo mas correcto,
"El tiempo todo locura", ya lo decía el viejo.

_____________

El asfalto me lija los pies, y asciende el dolor.
Mis manos atadas a la trasera de un Mercedes.
Sólo puedo pensar en mis lagrimas, mis huesos rotos, y mis tendones.
Ahora un bache me siega la columna, un rastro de sangre muy largo, qué lejos.
Ahora un charco congelado me empapa de muerte. 

29 mayo 2010

A su manera

Él no se detuvo por nada, aún sufriera
continuos dilemas
de conciencia, a los que nadie más que él se respondiera,
aún en su hogar, hecho de cera, un día más
fuera un día más en su nevera,
cual lata en conserva,
cual vino de madriguera.

Él nunca dejó de amar, aún viera,
continuos golpes del sol sobre las aceras,
los hombres dibujos, en un suelo de piedra,
pinturas rupestres sobre la hierba
hechas de semen y de mierda,
oliendo a canciones muertas
y oliendo a miseria.

Él se aferró a su cordura, huyó de esa tierra,
poblada por seres con alma de guerra,
por uñas sin dedo, por hijos de perra,
desnudos y heridos, cuchillos de sierra,
pobres sin cumbre
no merecen condena,
pues ni la mismísima pena
hace honor a sus nombres.

Pero él contuvo su sangre
en sus venas,
no reventó por frío que el invierno fuera,
cogió un buen impulso, comenzó otra era,
y así un niño aprendió a pensar,
a su manera.

27 mayo 2010

Antesala a la resaca

Resistirse es inútil, lo prometo.

Trago tras trago conciencias me asfixian y muero todos los días ante la rutina del vómito,
por querer averiguar cuántas almas soy capaz de acoger en mis pulmones sin toser,
cuánto miden mis pisadas, y cuántos infartos soy capaz de soportar
antes de mear sangre.

Muchas veces tengo ganas de ver qué tan lejos está el horizonte
cuántos baldosines me contarán los mismos chistes, durante mi carrera desenfrenada
en ésto que podríamos llamar vida.

Cuánto polvo seré capaz de respirar antes de caer rendido
y ponerme a contar cuántos centímetros mide tu espalda
y cuantos besos caben en tus pechos,
como si llevase toda la vida preguntándomelo.

Y a ver cuántos chutes de verdades podré aguantar antes de morirme de mentiroso,
donde queda ése día que nunca llegará, y
hasta qué punto sería capaz de arrancarme viejas alegrías
hasta qué punto sería capaz de creerme las nuevas promesas.

Cuántas eses dibujaré en las aceras y
cuántas de ellas serán merecedoras de ser tus caderas,

Y cuántos espejos me sumarán cuántos años,
cuántas veces me tocará romperlos,
cuántos segundos me restarán latidos,
y cuántos me quedan para disfrutarlos.

Cuántas veces tendré que tirarme a cuántos pozos,
en éste mundo de mierda sin aspirinas de verdad,
que no deja de lanzar compasiones,
para prevenir presagios,
rugidos de mil osos,
devorando nuestros corazones.

26 mayo 2010

El borde de las aceras


"Igual hablando de donde estuvimos poder volver
por las veces que he pensao que no lo vamos a conseguir
y no es miedo pero se le parece tanto,
conozco tan pocas palabras..."

~Silvi-orión

Es todo demasiado extraño, a veces
es como si el tiempo no fuese a terminar de pasar nunca y otras tengo miedo
de que suene el despertador,
de abandonarla ahí, en mis pensamientos, y se pierda,
luego me tocará buscarla en mis maletas,
siempre se esconde ahí por si me voy sin avisar,
y yo la entiendo.
Unas veces hablamos y es como si jamás nos hubiésemos besado, es
primero frustrante,
después divertido, si me doy cuenta
de que sólo somos dos nudos de nervios en la misma habitación, debemos
ayudarnos a ser hilos,
para luego liarnos, o darnos al vino,
al humo,
al colchón, pero siempre
con la intención de quedarnos enredados en el recuerdo, no dejarnos cazar por el olvido,
porque con calma y con paciencia,
acabaremos cayendo bien al destino, o si no dime,
de qué serviría tenerte hoy, si mañana hacemos como que nos hemos perdido,
como si nos hubiésemos ido y aunque así sea, tengamos cojones,
y no soltemos nuestras esperanzas,
para así conservar nuestras ilusiones.
No persigas mi coche el día que marche,
dejaré un rastro de lágrimas, así que no tengas prisa
llegado el momento desharé el camino, cada risa,
y cada bache,
y ese día se merecerá mi primera cruz en el calendario, como orgulloso,
de que hayan pasado los días, de poder trepar por tus cornisas,
entrar por tu ventana y despertarte como nunca antes nadie lo hizo,
con el regalo que jamás nos hemos hecho porque ya nos teníamos,
con promesas de vuelta cumplidas
y por tanto, con sonrisas.
Equivocarse es muy fácil, pero enamorarse más aún,
y ya no sé si he cometido un error al seguirte,
o simplemente he seguido abrazándote de broma,
para decirte en serio lo mucho que fuera a extrañarte.
Y puede que tengamos que hacer arder los parques,
y buscarnos otras hogueras más calientes,
guardaré un poco de ceniza en mis bolsillos, donde guardo también mis deseos,
me sacaré de la manga una nueva cerilla, y juraré,
que no la usaré nunca más como excusa para recordarte.
En ocasiones como ésta, entiendo a los pirómanos.
Y nadie vendrá a darnos la razón, todos los techos se llenarán de sogas
tendremos que robarnos las fotos en las carteras,
aprender a ahorcarnos,
y a caminar por el borde de las aceras.
Pero ése será otro día,
hoy es cuando te sellaré los labios con un dedo, y te diré
que la palabra "imposible"
es sólo una falta de ortografía.

Niños (Escandar Algeet)

"Dan para escribir mil poemas y mil más,
tendrías que verlos jugar en el patio a fútbol con un balón de baloncesto desinflado.


Y no callan en todo el día...


Siempre andan por ahí, desmadrando lo que encuentran, da igual si un árbol,
unas sillas malheridas,
o una canción con sabor a especias.


A veces, 
te juro que vuelan,
y sonríen.


Si tú los vieras...
Su sonrisa es un mar en mitad de éste desierto,
es horizonte y cielo a la vez,
es colorines, con aroma de inocencia.


Duermen poco, 
por eso tienen ojeras que les acolchan los ojos,
revolotean entre el sol abrasador y la oportuna sombra,
entre el rincón más oculto y la mesa de comer.


Revolotean por donde pueden,
y los dejan.
Hay quien los manda callar,
pero te digo que nunca molestan.


Puede que al crecer pierdan las alas,
pero ay,
si tú los vieras..."
~ "Yala Baye", Escandar Algeet

25 mayo 2010

Sutilezas

Comenzaría nuestra velada diurna hablándote de todas las tardes que te eché de menos,
y de todas las vanalidades del mundo escritas en nuestras muñecas
como chuletas para el constante examen de la vida, para no perder el rumbo, querernos
sin llegar hasta el fondo de ésto.

Contaríamos los pasitos que nos faltan para vernos, y las bandas blancas de los pasos de peatones
que siempre pisas,
que han echado raíces en el asfalto por esperarte,
y que pases.

Historias de abrazos y apretones, hasta dejarnos rojos los antebrazos,
besos torpes por falta de certezas, pero mi niña,
tú con esos ojos que dan ganas de bañarse en ellos,
y yo,
aún con éstos pelos de recién levantado, de nervios, de destellos
en paseos de luna que me regaló una noche en vela.

La música sería testigo de todas las canciones que te cantaría sin abrir la boca,
de todos los secuestros que cometeré con tus secretos, mira,
de tanto soñarte, al verte echo de menos mi almohada,
y todas las cosas que te haría anudada en mis sábanas,
como presa consentida en ésta relación de nómadas.

Que sí, que no te mentiría,
y sé que somos consicentes del pasado y su consecuencia,
que algún día las uñas nos arañarán las poesías,
y los recuerdos serán piel muerta y fría,
y nuestros dedos harán huelga de besos, por escaso sueldo
si su mayor recompensa es eso,
poder tocarnos.

Pero ahora, lo que es ahora,
me romperé contra ti en un beso de porcelana,
e igual que muchas otras veces me arreglaré con cola y paciencia,
y más allá de estos días de mierda, en los que nos extrañaremos antes de irnos,
intentaré hacerte mi religión, así como mi ciencia,
y trataré de volver a tí, antes que el frío vuelva.

No miraré a un tiro de piedra de nuestro futuro,
treparé por tus hiedras, que son tus piernas, y mañana
qué se yo, aguantaré el pan duro,
y las migas negras,
ésas que siempre me picarán por todo el cuerpo, las veces que no esté contigo,
como la estela de tu aroma, de tu pelo, y de sus ramas, escondida
en algún lugar
bajo mi cama.

23 mayo 2010

Despedirse antes de tiempo

A mi segunda familia, toda la gente de Salamanca con la que he vivido tantísimas 
cosas, y de la que me despido en éste escrito, Gracias por éstos 2 años. 
¡Pasad un buen veranito, criaturas, nos veremos en Septiembre!

Hasta hoy vi éste momento tan lejano, el del abrazo roto en mil pedazos por ser de cristal,
por la fuerza con que se dio,
en un intento desesperado por literalmente fundirse,
y nunca
volver a separarse.

Os vi llegar a todos con vuestras risas, hermanos de otra madre,
con frases e idioteces para desencajar mandíbulas,
con vuestras discusiones, vuestras manías,
vuestras noches de locuras en habitaciones saturadas,
chistes, borracheras, noches en vela, dormidos días...

Han sido dos buenos años, ¿verdad? Aún recuerdo
la inseguridad de los primeros días,
las promesas de los segundos,
la felicidad de los terceros,
las lágrimas de los cuartos,
los abrazos de los quintos,
los besos de los sextos,
la impotencia de los séptimos,
la nieve naranja de los octavos,
los viajes en los novenos,
y ahora,
la nostalgia de los décimos.

Jose, fuiste el primero al que conocí, y posiblemente,
el último del que me gustaría despedirme, decirte,
que más que amigo eres hermano,
que lo juro, por ti y contigo mil locuras, y te repito:
"Vayas a donde vayas, nunca podrías irte"

Guille, compañero de 365 noches y media, me mostraste,
que no soy el ser más guarro del mundo, ni mucho menos,
(desde el cariño, como siempre)
me regalaste días forjados en sonrisas, y noches deshechas en paranoias,
y aunque éste ultimo año no haya sido tan intenso, te digo,
que aún siento como si acabasen de pasar,
todas ésas veces que dijimos a la vez lo mismo,
váteres rotos a petardazos,
plasma en los microondas,
condones en las duchas,
colchones en los balcones,
pilladas, preguntas idiotas, confidencias,
cachimbas en el suelo,
partidas online de cinco horas,
charlas estúpidas hasta las cuatro de la mañana,
no, no, no nos moverán, Guille, nunca,
porque jamás podrán destruir ésos momentos.

Quedará mucho más después de todo, cuando el calor marche de nuevo y todo vuelva a empezar,
cuando nuestros pulgares vuelvan a mordernos los dientes, y pasen
todas las playas y piscinas, y días de toalla y de piel roja.

El 8º, casa de locos, nunca volverán de noche si no tienen un buen motivo para dormir,
el cansancio no cuenta,
sois la mejor camada de cachorros humanos que haya parido nunca la tierra, y ésto os lo digo
tanto a los viejos
Beren, Paju, Antonio, Laura, Jenny, Ana, Jorge, Víctor, Marya, incluso al Pelos y a la Piñas,
como a los nuevos
Jaime, Sabela, Antoñito, David, Barbas, Sergio, Rebe, Paula, incluso a Andy y Lucas.

A toda la gente que fuisteis, sois y para mí siempre seréis del 4º, tios,
sois más grandes que el mismismo mundo, sois la bomba atómica,
tanto los de antes
Oscar, Alberto, Lara, Titirirí, Lou, Nata...
como los de ahora
Carlos, Eloy, Miguel, Edu, Kike, Xabi...
que nunca perdáis esa chispa que os hace vuestros y únicos, no perdáis esa certeza
que otros tiempos llegarán pero ya sabéis,
la mayor fiesta: con música, y con cerveza.

El 7º, ese lugar tan lejano, habitado por aquellos que sólo podría definir como
personajes,
que lo poco que sé de vosotros me encanta, y en serio, tio,
sentí no haberme dado cuenta antes, lo hiciste bien.
Alba y su "no creo",
Miki y su "crema",
Alex y su imitación del bananero,
Sandra quejándose de nuestro ruido,
pero qué coño os voy a contar...

Que podría coger uno por uno y lanzaros
versos poco afilados que más que clavarse desgarren,
pero sois demasiados, y no hay tiempo,
pero éso no quiere decir que no tengais cada uno vuestro sitio, en mi alma.

Me habéis dado dos años locos, en serio, dos años,
de gatear a través de los bares,
de ojos rojos por llorar de risa,
de balcones inundados de filosofía,
de amistad ahogada en mala comida,
de mesas de madera,
de calvos llamando a las puertas
de como-quiera-que-se-llame-el-cachivache-de-aliñar,
de leísmos, laísmos, loísmos, y demás discusiones sobre el lenguaje,
de cafetines en la cima de las desesperaciones,
de quejas y dudas,
de dormir juntos y despertar separados,
de apuestas y de pérdidas,
de estar a punto de quedarnos fuera,
de timbres pesados que no dejan de sonar, y
de mus.

Deciros, tanto a los de fuera
Ché, Rennan, Elías, Yael, Roberto, Vivien, Laura, Eva, Svenja, Christina, Anna, incluso a la Paloma, que todos la habréis olvidado, las chicas del Perú, que algo hicieron, al ruso ése de principio de curso, a Assunta, a Jenny, a Cara y a ésa chica que no recuerdo su nombre,
como a los de dentro
Juan, Manu, Miguel, Rodri, Adry, Cris, María, Ángela, Marina, Alsi, Anita, Silvia, Rober, Raquel, Andrea, y otros muchos igual de importantes,
que nunca, y cuando digo nunca quiero decir
NUNCA
podría olvidar todos esos viajes a ninguna parte,
todas esas experiencias contrastadas, y
todos ésos momentos que igual no fueron tantos,
pero que algún día serán más.

Así que aquí concluyo mi despedida, dedicada
a todos y cada uno de vosotros en igual medida,
que personalmente ya os daré el abrazo, y a los que no pueda,
quiero que me perdonen, ya habrá otra época,
en la que ningún grado de más nos derrita éstos lazos de seda,
que tejimos atándonos, diciendo
"sálvese quien pueda"
y así llegamos a ahora,
al final del camino,
y al principio de la carretera.

Un abrazo.

22 mayo 2010

Caricias a mano alzada

Lavémonos de temores justo antes de vernos, porque cuando lo hagamos nos asaltarán las dudas
y todos los retratos de cuerdas que nos oímos puntear ayer acompañarán nuestras ensoñaciones,
mientras tanto,
yo te miraré expectante, esperando que digas ésas palabras que llevas semanas buscando,
y que no hace ni cinco minutos que encontraste.

Batiremos en duelo nuestros miedos y nuestras espadas forjadas en susurros lejanos,
en palabras digitales que nos fuimos prestando tan despreocupadamente,
como dos reidores sus destinos, como dos soñadores
y ahora,
de vuelta al mundo real, nos tenemos delante. No seamos idiotas y dejemos de pensar
que en el fondo no tenemos a nadie, y tras el juego sólo hay jugadores.

Te miro y veo una incógnita, o quizá una utopía,
y no puedo definirte, no sólo porque toda poesía se te quede pequeña,
si no,
porque compararte con un puñado de palabras sería algo así como señalar una bombilla y decir
"éso es una estrella".
Una hipocresía.

Así, una vez más te sientas a mi lado, dispuesta a comerte todas las decepciones,
y a caminar sobre todos los tejados,
tus ojos lanzándome súplicas que se agarran a mis mil quinientos ochenta y cuatro sentimientos casi olvidados,
como puentes de abrazos fundidos,
como cuerdas de besos lanzados,
como gritos de auxilio perdidos,
como bracitos desesperados,
como intentando cargarse todos los rencores soldados a fuego en mi alma,
todas mis cadenas y
todos mis candados.

Y yo sin poder cantarte, pequeña,
por tener la voz resentida de tanto haber gritado tu nombre en mis sueños,
porque si no eres mi dueña
no soy de nadie,
y si no soy de nadie, dime,
para qué tanto empeño,
para qué tanto fraude,
si aquí sólo estamos tú y yo,
y mis palabras sólo caricias cobardes a mano alzada,
que sueñan,
(y en parte me identifico con ellas)
con poder tocarte.

21 mayo 2010

Cara contra nuca

Lo bonito de dibujar círculos alrededor de su ombligo es que detrás de todas las curvas peligrosas de su cuerpo en las que cualquiera se mataría por no salir de ellas
hay esas sonrisas que se adivinan a través del pelo, esos entrelazamientos de dedos que hacen gracia porque sólo se pueden ver en películas que regalan lágrimas,
y hay esos besos en el cuello que hacen que su piel sea envidiable por cualquier gallina.

Es en ése momento, cuando no se me ocurre otra cosa que rascarme la cabeza, decir
"eres tan suave"
y quedarme con la cara de idiota que se me queda siempre que le lanzo un piropo, sonriendo,
como ajeno a los muchos problemas que me esperan fuera de ésa habitación,
como si la vida fuese tan fácil, y qué tonto, cómo no me di cuenta antes.

Menos mal
que ella no me ve pintar sueños en su espalda, porque seguro se reiría de mí, y me diría
"borra eso, o acabaré manchando tus sábanas"
y a mí qué me importan las sábanas, si hace mil vidas que pintó de verde mis días,
durmamos ya, que es tarde, y la noche no durará para siempre,
y el amanecer nos persigue,
y mañana quiero que despertemos así, cara contra nuca,
para que la imagen que resuma mi día, sea tu tierna vuelta en la cama
y tus labios se abran en bostezos,
y los míos vayan en su busca...

20 mayo 2010

Metáforas y decepciones

Las cosas siempre se pueden decir de otro modo,
por más a gusto que quedes al gritar inconformidades
piensa que nadie jamás estará completo a no ser que encuentre,
en esta puta vida,
aquello que más anhele.

Así volar es otra forma de moverse, y tú tienes alas,
yo me dejo las plantas de los pies en el asfalto,
y las rodillas
al tropezar una y otra vez en mis prisas por alcanzarte,
y no mirar al suelo, ni por donde piso, por soñar con verte.

Imagino a pobres chicas coleccionando cartas de amor de cuarto curso en sus cajones,
agarrándose el pecho de dolor cada vez que alguien llora por ellas, y ellas
en cambio,
no sienten nada.

Es curioso el olor a muerte que se le queda a uno con cada paso de página,
que por más duchas se se nos beba el cuerpo no se curan las quemaduras,
y como puros masoquistas que somos, tocamos una y otra vez las llagas
porque son al fin y al cabo pruebas,
de que un día despertábamos y no nos sentíamos solos.

Pero claro, el corazón es de carne,
y como carne viva,
duele.

Vamos borrachos, quizá tú más que yo, y puede que sea por eso,
que pienses que no vas tan mal.
De todos modos, déjame conducir a mí ésta noche,
no prometo que no nos vayamos a estrellar, pero al menos
creo que duraremos algo más de tiempo.

Si al menos conseguimos amanecer vivos, quiero que me sonrías,
así tendré algo a qué agarrarme cuando clave mis entrañas
en el fondo del váter.

Vale, aceptémoslo,
la cagamos desde el principio, ya sabes,
somos así de inútiles, a la par que distantes,
y más lo fuimos cuando ocultábamos verdades en nuestros bolsillos traseros,
y cada vez que te pellizcaba el culo discutíamos,
porque encontrábamos las chinchetas caídas, que unían los folios testigos de nuestras noches,
qué idiotas, tuvimos miedo de intentar clavárnoslas antes.

Así golpeamos nuestros puños contra paredes de hormigón
en gestos contrarios a lo que llevamos por dentro,
y creemos que somos felices en cada trago de esa cerveza
que cada día sabe más a lejía,
en cada calada de ése cigarro
que cada minuto sabe más a tristeza,
en cada mordisco de cada uña, que cada segundo nos recuerda lo malos actores que somos,
lo mal que lo hacemos, como si nuestras manos fuesen de barro.

Qué pena, menuda aspereza,
a pesar de todo sonreímos,
y éso, mi niña,
es lo que nos ha hecho perder la cabeza.

18 mayo 2010

Inquietudes e individualidades


"Se me han olvidado los últimos 5 minutos que no estuve pensando en ti. 
Hoy hemos vuelto a dormir separados 
y yo, ya ves, vuelvo a escribir, 
aunque solo sea para contarte lo bien que me quedan tus arañazos."

~Escandar Algeet

A veces puedo ver cómo las palabras surgen bailando de entre las cascadas de sus cabellos,
y nadie,
o quizá todo el mundo en secreto,
se enamora de los sueños en los que aparece.
Y con ella todas las anécdotas
de amores únicos de película, de esos libros que nunca leíste
se quedan en risas ajenas,
ante malos chistes.
Me susurra
"qué idiota", y se ríe, y no sabe cuán sincero soy cuando le digo que,
si hoy no me besa,
mañana no me despierto, e iré sonámbulo a llorárselo a las teclas.
Siempre seremos más de lo que piensa, y
menos de lo que me gustaría.
Me peleo con mis manos por tocarla,
y si mil palabras le regalé esa noche, te digo,
que no son tan siquiera una mínima parte de las que llevan su nombre.
Que a vivir se aprende sólo,
pero a sentir se aprende con alguien,
y crean más dependecia los pocos besos que ella me regala,
que los muchos que me vende el tabaco,
secos de adicción y nicotina.
Que dolor es un concepto que aprendimos ayer y contra el que hoy
estamos advertidos, por eso
no le diré que la quiero, porque no me lo perdonaría, pero le diré,
que sus caricias son cosquillas,
que sus pisadas parecen cuadros, de campos de óleo que ya pisó,
que sueño con un "contigo mañana", con un "nunca sin ti", con ella
que sólo de verla me hincho de poesías,
que si se pierde al otro lado del mundo, créeme, iría descalzo en su busca,
que la besaría en cualquier rincón del universo,
que la he observado despertarse, mientras todas las bocas del mundo se ahogaban en bostezos, y ella era la única que giraba la cabeza, porque yo que sé, tiene esas manías y esas vergüenzas, y yo me reía a la vez que ella me daba pataditas bajo las sábanas, y el amanecer nos deslumbraba a través de la ventana...
Le diría, como último inciso, que tengamos cuidado con eso de no tener cuidado,
porque,
después de todo,
es demasiado fácil enamorarse.

16 mayo 2010

Confesión hervida con sal

Voy a dejar que descubras, poco a poco, las mil noches que tendremos ahogadas en nuestro sudor.

No temas creerme cuando te digo,
que si aún no he movido hilos para dar vida a marionetas que sueñan con poder tocarse,
es porque
(Sinceramente, nunca te mentiría)
no sé
no cagarla,
y no cargarme los momentos de los días sin darme cuenta.

Éso temo, y no sería,
por veces que te he pensado y he memorizado tu vida,
estudiando cada recuerdo que me regalaste,
¿Un juego, sólamente, o siete millones de confesiones indirectas?

Qué se yo, nadie sabe, o todos saben pero
todos callan.
Sólo sé lo que no sé, y no sé si es que sólo tengo ganas de quebrar esquinas para ver las cosas claras,
o simplemente no quiero,
no quiero que te vayas.

Por eso
y no por otra cosa,
te lanzaré poesías desde cien ventanas,
y nunca te diré lo que ya sabes y nunca te dije, lo que querría decirte y evito
pues no nos queda tiempo ya, reconozcámoslo,
hemos llegado tarde.

Así que sólo te pido que aceptes mis espinas sin tener en cuenta mis rosas,
que lo que anhelemos ahora nos lo susurraremos mañana,
y nos reiremos,
como dos grandísimos idiotas que han querido hacerlo bien,
pero que en el fondo no tienen
ni puta idea,
de que nada en esta vida es un seguro contra tristezas,
y de que las palabras son sólo eso, deseos.

Aún y todo quería decirte
que como corazón de trapo que soy,
estoy dispuesto a tirarme una vez más al inseguro vacío de las posibilidades,
que como humano que soy yo también me creo eso
de que la mayor derrota es perder sin jugar,
y que la mayor pérdida es no haber tenido nada.

Decirte que podría simplemente hacerlo, y lo haría, pero
temo que por ser de cristal te rompas,
al caminar por el borde de mis acantilados
o por ser transparente pierdas tu color,
al frotar nuestros cuerpos contra nuestras inseguridades
y eso es algo que no me perdonaría.

Sólo quería decirte, que soy sólo un cúmulo de confusiones,
y que si te atreves a tener las cosas más claras que yo,
y si tienes el valor suficiente para no caerte por mis escaleras,
sólo tienes que pedírmelo, te prometo
que caminaremos con la calma a nuestra derecha,
y la paciencia a nuestra izquierda,
y en el medio
nosotros y nuestras estupideces.

15 mayo 2010

Lava Lamp & Music #5 (Before Sleeping)


"Te pasas la vida esperando cumplir sueños, y luego sólo se hacen realidad las pesadillas..."
~Escandar Algeet


Vuelvo a escribir una vez más, al son de la canción de Moby "Shot in the back of the head", canción perfecta para éste momento, ahora que estoy arropado por el sueño, y que las pesadillas revolotean al otro lado de la ventana, esperando a que me duerma. La canción perfecta para esperar.
Y es que estamos todos tan drogados... es genial. Parece que la lluvia vaya a cesar pronto, pero un día más las nubes arropan la ciudad, qué aire tan nostálgico.
Ahora se abren puertas, no se olvide de coger la llave, aunque no sepa cuándo va a volver, ni si de hecho, volverá. Simplemente no cometa el mismo error que yo, y tenga siempre una solución a mano, un seguro, algo que siempre vaya a estar ahí, que no se vaya, que no le abandone.
Ahora los callos de mis dedos me avisan de que alguna vez toqué la guitarra, me piden que la coja, "pero joder, otro día será", pienso mientras tiro del humo hacia dentro, una vez más como ser despreciable que no se admite, y que a pesar de que quiere, no intenta mejorar.
Ahora una burbuja de cera roja envuelve mi mente, y aún entre el calor que mi portátil arroja sobre mis piernas, y el frío que desprende mi cama, sus dedos vuelven a hacer virguerías en alguna habitación hundida en mis recuerdos azules. Ahora la vida toma una dirección distinta de golpe, y el giro me desequilibra, y me hace caer de nuevo, me golpea sin piedad.
Ahora recuerdo las veces que me creí poeta, y pienso que todos los versos que escribí no son nada a su lado, que escribiría libros enteros sobre ella, y recuerdo las veces que puse su nombre a mis deseos, y las veces que quise llorar y no pude, las veces que me sentí vivo a su lado, y más allá de eso son todo caricaturas y grisallas, interludios, sólo tiempo para reflexionar.
Ahora me entran ganas de disculparme, y no se me ocurre siquiera pensar por qué, quizá necesite oír una vez más un "te perdono", o un "te quiero", quizá sólo necesite silencio y calma.
Ahora el espejo cobra protagonismo poniéndome su cara, y me miro y remiro las cicatrices, que ya no recuerdo cómo conseguí, y pienso que sin ellas no sería yo, al igual que sin ella. Y puede que ella sea, de nuevo, como tantas veces he pensado ya, la única que puede lograr hacerme sentir algo, cualquier cosa.
Ahora juego a deshacerme en bostezos, y a retar a la noche a una pelea a muerte, a reirme de mi propia imagen, mis dedos escupen letras en la pantalla. Miro el techo a ver qué se cuenta, y me arropo lentamente, como simulando caricias, mis sábanas como mis amantes semanales, como putas: pago para que me den calor, para que duerman conmigo, aunque no quieran.
Ahora la canción termina, y otra idea invade mi mente, con promesas de descanso, y de dulces pesadillas, a las que me tendré que enfrentar tarde o temprano. Pienso que es hora ya de parar de escribir, de volver a escuchar la canción una última vez, y rendirme a la madrugada.
Ahora, pongo punto y final a éste repaso momentáneo de conciencia, antes de dormir.

12 mayo 2010

Vodkabajo (Sinergia personal)


"Es en lugares asítuaciones como ésta lactitas,
donde el sentidomesticado del humor se queda un poquitonto..."
~Escandar Algeet

Aqui, es donde llegateamos a encontraer la verdadera esencianuro de nuestra alma, e intentamos conoceincidirla con la del otro.
Permanecios somos ahí sentados, con las piernabrazos anudados, nuestra vocesilla interna que nos descansa la vergüenzapatos que usaremos sólo para vernos. Es asi, ciagarro tu mano de forma que no lo notas, y le das un tiro tan cruenorme como el que te pegarías si no pudieses hablarmonía conmigo.
Charlargumentos difuminan los restratos de las miradas que antes nos dirigíamabamos. Amor que nos paseabamos por debajo de la mesa. Como dos almas de polos opuestos que se atracercan. Como carreteras que rampeatones intentando cruzarlas.
Ni el resto se da cuentablaturas que sólo yo toconozco y sólo tu oyescuchas, idiomablando como seres de otro planeta, somosquitos que nos robalimentamos cada uno con la sangre del otro.
Y sé guiremos así hasta el dia que dejolvidemos de resisitirnos a ese hechazo.

10 mayo 2010

Perdón por no besarte

Es curioso que no te des cuenta de cómo te miro
cuando te enciendes un cigarro a la vez que
con palabras
trato de robarte una pizca más de aliento.

A lo mejor sí que lo ves y piensas
"no puedo enamorarme de éste loco"
pero quizá comprendiste ya que el corazón,
hace caso omiso a las palabras de la conciencia.

Por eso, una vez más, nuestras miradas se cruzan a través del humo,
y nuestros pensamientos como dos líneas paralelas juegan más allá de nosotros,
a pensar a la vez lo mismo y decirlo por tanto,
a la vez,
y de nuevo surgen las risas entre sonrisas,
y éso te anima a acercarte un poco más.

Quizá sea que por pensar en ti llene todo esto de faltas de ortografía, y no me importa,
de todos modos,
nadie más lo entendería
quizá seas sólo tú, y no otra.

Será eso, o será que intento no dejar atrás mi vergüenza para que no descubras
que guardo los besos que algún día te daré en los bolsillos,
que escondo mil palabras de amor en las mejillas,
y que escribo por ti porque de mí ya no tengo nada más que decir.

Dejémoslo en que me he enamorado de tus saludos every day,
porque sabes que somos y seremos iguales en casi todo,
que me tragaría todas tus historias all the night,
y que no tengo miedo ninguno de hundirme en el lodo.

Pero,
fui idiota ése día, y te fuiste, tú y tu arte,
dejando tras de ti restos como oportunidades,
preguntas sin responder, como horizontes,
y me veo obligado
(sinceramente, porque sé que tú también lo pensaste)
a pedirte perdón,
perdón
por no besarte.

08 mayo 2010

Mediodías nublados


Hay tantas cosas que no entiendo, que cambiaría todo lo que sé por la mitad de lo que ignoro.
Miro hacia atrás y veo días rotos y lluvias, puntas oxidadas que me clavé ayer, sin querer, por andar descalzo. Veo noches en vela, preocupaciones de las que me olvidé, gente que llegó y se fue, y no hice nada por evitarlo. Veo,
botellas vacías de alcohol, llenas de humo, ya me bebí su tristeza hace meses, y guárdolas sobre mis muebles para revivir tiempos mejores, cada vez con menos intensidad, al observarlas.
La música, como eterna acompañante de aromas de sudores ajenos, que ya no empapan mis sábanas, que escucho ésa canción todos los días por si ella vuelve, y un día más vuelve el silencio y no está, de nuevo he de conformarme con arañar la felicidad de otros desde mi ventana.
El día que me dijo que le gustaba Múm, fue... ¿Cómo decirlo? ¿Como una señal? Sí, algo así. Algo por lo que luchar, y luché, y tras varias semanas viviendo en realidades paralelas, como turista de emociones que nunca antes había vivido, mi edén cerró sus puertas, conmigo fuera, y me dijo:
Me incomodas.
Ahora sólo habito en sitios pequeños, me agobio a la mínima, un mero espectador y comentarista, que ha dejado de importar, perdí mi relevancia en el mundo, y sobrevivo gracias a que soy yo mismo quien me recuerda, el único que sonríe al hacerlo, y el primero que se tiraría a un pozo por un abrazo suyo.
Mi cuarto, que es mi mundo, es un conjunto de muebles y telas de mil colores, sobre los que se posan objetos inútiles y memorias afiladas, mire donde mire no estoy aquí, estoy recordando, pues aún dudo si el ayer tan sólo fué un sueño, y si el hoy no será peor que el mañana.
Me gustaba verla quitarse la ropa, a la vez que se vestía de sonrisas, en esa habitación, nuestro reino, nosotros sus únicos soberanos, y el futuro nuestro único súbdito. Me gustaba verla tumbarse a mi lado, posando su cálida mano sobre mí, para susurrarme ya no en palabras: "Te quiero". Me gustaba verla darse la vuelta bajo la escasa luz nocturna que emanaba de su ventana, que su nuca se convirtiese de pronto en su cara, me abrazase en sueños, y suspirase, de alivio al tener algo a qué agarrarse, y no caer hacia ninguna pesadilla.
Y atrévanse a decirme que no vivirían siempre en ese lugar, en ese momento.
Tanto la quise, que cuando desapareció desaparecí yo. Y ahora no sé si existo, o sólo soy el fantasma de mi angustia, condenado (para qué mentir) a echarla de menos.

07 mayo 2010

Pánico

Una vez más, no pasa nada.


Mi vida pende de hilos de colores que desconozco, algunos rotos, otros aún resisten.

05 mayo 2010

No basta. (Final de un cacahuete)



Yo no sé, mira,
pero últimamente tengo días tontos, en los que pienso
que a lo mejor el tonto soy yo, haciendo como que no pasa nada, día tras día, y pasa,
que estoy hasta los cojones de estar harto de días que ahora mismo no le desearía a ningún perro.
Te cuento:
Siento que no avanzo, o peor,
que llevo sin avanzar tanto tiempo...
Siento que las palabras no sirven ya para nada, y que el hablar es sólo malgastar saliva, pues diga lo que diga, lo explique como lo intente,
sigue siendo todo tan confuso...
Y ya no sé, me limito a responder "da igual" a todo, y lo peor, es que aún creo que no tengo motivos suficientes para estar así, es lo peor: Estar tan cansado por razones estúpidas.
Harto de la pereza de por las mañanas, de no ser capaz de levantarme cuando suena el despertador, de jugarme mis clases al pulsar el botón que me permite dormir "sólo quince minutos más"
quince minutos que se convierten en cuatro horas de descanso inmerecido. Fatal.
Harto de no ser capaz ni siquiera de escribir algo que me agrade, llevo demasiado tiempo buscando frases únicas que sólo encuentro en otros,
que no me queda más remedio que citar,
siempre por encima de todo lo que escriba, y después leerme y decir "puta mierda".
Cojo la guitarra y no suenan más que melodías ya gastadas en mis oídos, ya ni me motiva, sólo son recuerdos lejanos que no paro de repetir una, y otra, y otra vez, y me cansa.
No soy capaz de hacerlo bonito.
Toque lo que toque me suena a motivo para dejar de tocar. Es asqueroso.
Harto de descalzarme y empezar a tiritar, de que en mi habitación haga más frío que en la puta calle. Odio eso,
que ni siquiera pueda sentirme cómodo ni en el lugar que yo considero mi hogar. Estar obligado
a arroparme y a deshacer sólo la cama,
a ver cómo mi ropa se amontona y hace que ésto parezca la casa de un cerdo, y no tener ganas ni de limpiar.
Me voy a dormir, sólo,
me levanto, sólo,
veo a mucha gente, pero estoy sólo, y éso también lo odio.
No avanzo, ni un milímetro.
Harto de ver cómo el reloj marca un segundo más cada segundo, y cada segundo sea un segundo menos para que ésto se acabe, para cambiar de vida radicalmente.
Ya sólo quedan dos meses, te digo, y por lo visto, serán dos malos meses.
Todos los años igual, qué asco.
Últimamente paso miedo por las noches, y ésto es verdad,
y lo paso mal, en el rato entre que me acuesto y me duermo.
Con miedo a dejar de respirar en cualquier momento, y la ansiedad aparece, me incorporo entre sudores y una fuerte respiración, mareos, taquicardias, varias veces antes de soñar.
Fíjate si es grave, que he de tranquilizarme tomándome el pulso constantemente, para asegurarme de no dejar de latir.
Si el despertar es disgustoso, y el dormir es terrorífico, no te puedes imaginar siquiera cómo es el resto del día, en que el aburrimiento, las bromas sin gracia, los esfuerzos sin resultados, y un largo etcétera hacen presencia, siendo artífices de mis pequeños odios.
Pero sobre todo lo que es jodido de verdad,
es darme cada vez más cuenta de que en realidad te importo nada, o menos,
darme cuenta de que a pesar de lo que sabes de mí, y de todo lo que te he contado,
de tantos momentos que cada vez son menos, y de tanta mentira sobre mentira para sentirnos bien con nosotros mismos, no sientes nada. Absolutamente nada.
Que eso de tu sinceridad es mentira. Que dices lo que piensas, y una mierda. Que eres feliz, los cojones. Deja de hacerte la impresionada cada vez que me leas, abre los ojos, que sé que estas despierta, deja de ocultar verdades evidentes,
y si de verdad para ti no soy nada, dímelo y acabamos antes, y deja de mirarme de ése modo, de abrazarme cuando no quieres y de invitarme a que te quiera. No llego a imaginarme cuán es tu confusión.
Escribo esto para que veas,
que no eres el único motivo por el que estoy tan cabreado,
pero sí el más grande.
Y una cosa más, si cuando vayas a hablarme es sólo para decirme lo asqueroso, lo estúpido o lo payaso que soy, aunque no lo digas en serio,
mejor no abras la boca.

04 mayo 2010

Tres pisos más profundo: 3er sótano




III

Me dan igual ya todas vuestras patéticas risas,


y todas vuestras críticas,
pensamientos absurdos en voz alta que no oigo porque ni siquiera los decís en mi presencia.
Cobardes.

No quería escribir ésto, pero es que tantos amaneceres rotos ya por vuestras dudas y por el frío han hecho que quiera rebelarme contra éste régimen de miradas que se preguntan qué andaré tramando en qué momento, y que quiera decir, una vez más,
dudo que con éxito,
que lloréis de una puta vez vuestros prejuicios, ésos surgidos de mis letras, sí, las que JAMÁS entenderéis, por más que queráis.

Agarraos a vuestra triste mierda y dejaos las uñas en el bordillo, porque a pesar
de todo lo que digáis o queráis decir, al contrario que yo, con miedo,
de todos los alfileres que coloquéis en mi cama,
de todas las promesas falsas,
y todos los debates que se inician al darme la vuelta, sobre si soy
más bien idiota,
o más bien inocente,
yo seguiré escupiendo palabras en las aceras, como sangre derramada de heridas que no cicatrizarán JAMÁS.

Así que venga, hablad de mí, pero hacedlo de verdad, removed la basura intentando encontrarme debilidades, que todos sabéis que me sobran, y daos cuenta de que
hablar de mi sin que yo oiga,
es como hablar del beso que nunca os dieron, tan solo
esperanzas sobre posibilidades inseguras que no sabéis si llegarán.
Repito: No cambiaréis nada.

Vamos, apuñaladme sin que lo sepa, y pensad encima que sois los buenos, pero por favor, cuando os canséis,
id al lavabo,
lavaos ésa carita,
y miraos en el espejo, y lo que veáis será vuestra puta cara, llorando todos ésos odios infundados y vanidades que se convirtieron en juicios secos,
porque tenéis como un millón de frustraciones que llorar.

Firmaos contratos con vosotros mismos para con vuestras obligaciones, dictáos leyes y seguidlas con miedo, seguid respirando, que según vosotros os lo merecéis, y emborrachaos y sed felices,
lavaos cien veces, hasta que duela, que éso no os quitará la peste de encima, porque no surge de vuestra piel.

Así pues aprended de una puta vez que cada uno se ducha de sus problemas
a su modo,
y éso no es motivo de queja alguna por parte siquiera de otros, que ni siquiera son capaces de reconocer los suyos propios. Que os jodan, ignorantes.

Que no todas las lágrimas son poemas,
ni todos los mediodías se come,
ni todos los besos se dan por amor,
ni disfrutar implica dejar de reflexionar,
y la tristeza, aunque sea bonita, no deja de ser una mierda.

Por eso,
el día que entendáis que, os vistáis como os vistáis, o uséis el maquillaje que uséis, sois transparentes a mis ojos, que llevo mucho tiempo obviando a gente como vosotros,
venid a mi y decidme qué razón me falta, y qué razón me sobra.

Y por último os diré una última cosa, que espero no tener que volver a repetir nunca,
¿Me oís? NUNCA:
En vuestra puta vida volváis a hacer de mis tristezas, motivos de vuestras risas.
He dicho.

Tres pisos más profundo: 2do sótano


II
O "Bosquejo nº 2 sobre una mandarina".

Está bien,
aceptaré sin más tu postura
de que no hubo problema alguno
y que todo salió mal de la nada,
de la misma forma que empezó,
espontáneamente.

Reconoceré que nuestros vientos
soplaban en direcciones distintas:
tan sólo nos cruzamos,
y aunque me duele pensarlo, ésta
es la primera vez que siento
que jamás debí haberte mirado,
me dolió,
no debí,
tampoco me arrepiento.

Decirte sólamente que
a pesar de tantas veces que tímidamente
como que me mandabas a tomar viento,
seguí tras tu aroma agridulce,
y eso, me temo
fue lo que precipitó el final
(de película diría yo),
de éste cuento.

Que contigo descubrí maravillas,
como calentarnos con un radiador de mierda
en mañanas frías
antes de ir a clase,
si llegábamos tarde nos íbamos,
entre clase y clase nos secuestrábamos,
nieve se vió desde el campanario,
y un beso blanco,
del que sólo nosotros fuimos espectadores, a la vez que protagonistas.
Sexo y risas,
noche de inocentes, de espanto,
pizzas,
preguntas,
respuestas,
días enteros escritos en post-its,
fractales que, mira tú, tenían fin.

Decirte no más que
aunque hace mucho tiempo que no te escribo
(y lo siento),
aún recibo
tus cartas nunca escritas,
las que guardas en saludos que
entre tanta gente,
aún creo que son para mí.

Que aunque ya no llore
porque ya no estás conmigo,
y pieles nuevas me sirvan de abrigo
por las mañanas,
antes, o durante la clase,
secuestradas,
tengo mechones naranjas aún en mis oídos,
tengo noches enteras de skype en mi memoria,
y,
como cuando despertábamos juntos, y me arrancabas las sábanas,
aún siento el frío.

Decirte que,
bueno,
a pesar del tiempo,
aún te quiero.

Que te regalé cosas por las que yo
lo daría todo
y aún así,
tuviste la suficiente sangre fría
como para exigirme en actos
que me fuera a la mierda, cuando
entre líneas,
me hiciste prometer que no te olvidaría.
No lo haré.

Créeme.

Tres pisos más profundo: 1er sótano

I
O "Bosquejo nº 7 sobre un cacahuete".


Pues claro que no puedo ir allí, donde estés, y decírtelo,
por eso escribo
que ante todo soy humano, y preso por ello
de labios,
de ojos
y de cabellos.

Lo que escribo no son más,
que intentos,
de semillas,
que lanzo a corazones al azar
(o no)
para ver si llega el día
en que dejen de rascarse las costillas
(que son barrotes),
despierten, y por fin
dejen de venirme con eso
de que sea más directo,
de que deje de escuchar el eco
de recuerdos,
de que diga a la cara los "te quiero",
porque no saben
que al decirlos al oído,
aunque no se oigan del todo bien,
tienen un sabor especial,
como perderse acompañado.

Que en un susurro,
las palabras dichas con cariño
hacen cosquillas,
y las cosquillas, como todos saben,
gustan.

Las palabras que escribo no son más
que eso:
Susurros
que dices no escuchar cuando por dentro
te los repites para ti una
y otra vez,
y una y otra vez
te los guardas, y
cada vez que me ves, esperas
que me acerque a contarte un nuevo cuento,
porque crees que en realidad no amo
y que todo son poesía y palabras bonitas
que nunca serán para tí.
Es mentira.

A qué viene, me pregunto,
tal miedo, o vergüenza,
a responder a éstas llamadas,
si yo
sólo estoy esperando que un día
hagan sonar mi teléfono
llamen a mi puerta,
alguien grite mi nombre, pero no,
éso no, y mira
que he derribado tus muros
más profundos,
y te he recitado poesías en silencio
cuando te hacías la dormida, y aún así
lo que te frustra
es no poder decirme que me quieres
(y una vez más discúlpame por ser tan egoísta),
cuando yo te lo he susurrado tantas veces
al oído.

Colección de recuerdos y notas a pié de página

"Creo que no sabría hacer fuego sin un mechero o una cerilla. Tampoco sabría reanimarte si te caes a mi lado, y nunca he visto de cerca a una persona muerta, lo que todos llaman un cadáver, no lo he visto, ni he llorado en un entierro. Cuando murió Boni, nuestro perro, mi hermana me mandó un mensaje, y yo me sentí fatal porque no sentía nada. "

~Escandar Algeet


Puede que tengan razón al decir
que es mejor contarlo todo, no dejar ningún cabo suelto
me refiero a
que utilizo miles de ausencias como almohada,
y amontono recuerdos en rincones inhóspitos
en mi habitación.

Quiero decir
que pocas veces estuve a gusto cuando supe lo que iba a pasar.

Y he de reconocer que no he leído tan siquiera la mitad de los libros que poseo,
que durante tres veranos seguidos fui de vacaciones a Galicia,
hotel de tres estrellas y playas plagadas de rocas.

El resto
en desiertos de gente y plantaciones de risas falsas, jugando
a pasarme la pelota con mi hermano, piscinas por la tarde, escondites,
chistes, y vomitonas.

Siempre me quité las zapatillas antes
de pisar la cama.

Perdí la virginidad a los dieciséis, con una chica que medía poco más de metro y medio,
era morena, y siempre se pintaba la línea de los ojos de ésa forma tan particular.

Contarte que lo hice fatal aquella noche, y las cinco siguientes,
y desde entonces pienso que el placer es nulo,
si no quieres a ésa persona.

Creemos que viviremos un día más al menos,
nadie nos lo asegura.

Pensé en suicidarme tantas veces, pero no lo hubiera hecho,
nisiquiera
cuando lo pensé en serio,
porque soy un cobarde, tiemblo a la más mínima, y lloro
una vez por semana, e intento que sea sobre el mismo hombro siempre.

Aprendí a tocar la guitarra con una que me dejó un primo mío,
estaba rota,
pero yo era feliz arrancándole sus últimas melodías a ése pedazo de madera
mal cuidado. Y cuando ahorré lo suficiente, me compré una guitarra nueva,
y desde ése día nada fué igual.

Ésa guitarra se la regalé
a una chica con el pelo naranja, y el día que me dejó,
me la devolvió junto a un millón de tristezas, y ahora,
la tengo sobre la maleta,
cosas del destino, supongo.

Quería contarte mi lado más humano, para hacerte saber que,
bueno,
sigo sangrando, aún sin heridas.

Decirte que con quince años,
y no parece que fuera ayer,
me divertía andando en bici por la cuesta más empinada
del pueblo, y me caí,
y esa fue la primera vez que le tuve miedo a ir
demasiado rápido.

Decirte que con quince años,
soñaba con poder besar en los labios,
tener una novia que me quisiera,
un coche,
una vida lejos.

Mi pueblo era una cárcel vacía,
ni siquiera estaba acompañado
de penitentes.
El único era yo.

Murió mi abuelo,
mi primera calada a un cigarro,
todo iba muy rápido.

No recuerdo el día en que dejé de creer
en fantasmas, pero recuerdo,
cuándo dejé de dormir con mi osito
de peluche, y fue
el día que se lo conté -al que por entonces fue- mi mejor amigo,
y se rió de mí, me dijo,
"Eres un pringado".

Nunca rezaba antes de dormir,
y me confesé una vez en toda mi vida,
el párroco se veía aburrido de mentiras,
y ése día dormí en casa de mi abuela, una señora,
que ahora tiene setenta y muchos años,
todas las arrugas del mundo,
y canas pintadas de oro.

La primera chica con la que dormí, aparte de
mi madre, mi tía, mi prima,
fue Carla,
fue en una cabaña perdida, de un campamento,
y compartimos abrazos,
para mí la sábana, que es mas fina,
para ti el edredón.

Nunca se me dieron bien los deportes, pero
aprendí que la nieve resbala, y sobre una tabla,
gané mis primeras carreras, y me sentía
orgulloso, de poder deslizarme
ante el asombro de otros, y era feliz.

Más de una vez salí corriendo de la policía, nunca me pillaron.

Y no he viajado tanto como creen, lo más lejos que llegué fué a París,
éste año,
nunca olvidaré a esa gente con la que compartí
noches y días,
peleas y abrazos,
y cama.

Recuerdo que casi me quedo en Madrid por culpa de mi puta memoria, que funciona independientemente de mí
cuando le da la real gana.

Y vale, nunca fui el más rebelde de la clase, ni el más alto, ni el más duro, ni, hay que joderse, el más guapo.

Mi primer porro andando por la calle, me lo ofrecieron, iba borracho,
me dije: ¿Por qué no?
y ahora los lío como si nada,
pero siempre el ocio, antes que el vicio.

La primera asignatura que suspendí,
fue Literatura, qué ironía, la segunda
Filosofía, que me cuelguen. Desde entonces
las cosas no van muy bien, y estudio
cuando creo que es conveniente, y al azar
apruebo.

Un día aprendí a amar, y desde ése momento,
dije te quiero cada media hora, muchas veces
no con ésas palabras exactamente,
pero lo dije, y sólo recibí llantos,
y silencio.

De Machado aprendí que mientras sea hoy,
será siempre, y aún me lo creo, de ahí
que siempre vaya con tanta calma.

Y ahora
me doy cuenta de que tantas cosas que creí ser, son mentira,
y me confunde la existencia.

Que aprendí a leer a mis dos años, mi madre me enseñó,
y leía
los carteles que veía por la calle, pero me daba vergüenza decirlo en voz alta
y ella preguntaba: ¿Por qué no lees?

A escribir aprendí más tarde,
cuando me enamoré de México, o perdón,
cuando creí enamorarme, aun
me pregunto por qué guardo ésa bandera,
colgada en mi pared.

Una vez le regalaron a mi hermano pequeño una figurita de acción,
y yo lloré, porque él lo rompía todo,
y lloré porque me daba pena del muñeco, así que
cuando no se dio cuenta se lo quité,
y lo escondí,
encima de mi armario.

Cinco años después, me mandaron limpiar mi habitación
y encontré el muñeco, lleno de polvo, ahí,
donde lo había dejado.

Ahora
mi hermano sabe manejar un arma,
y yo no.

El verano pasado me compré un sombrero negro, me costó cinco euros,
y se lo regalé a una chica que acababa de conocer,
cuando desapareció tuve que comprarme otro,
y aún lo tengo,
a mi hermano le compré uno igual por ocho euros.

Éstos dos últimos años he vivido en Salamanca, y
hablo con mi familia dos minutos por semana, porque ellos me llaman, y creen
que no les quiero,
o algo así,
y se equivocan.

De pequeño creí que nunca llamaría tío a mi tío,
ahora lo hago.

Y me sabía las canciones de los dos primeros álbumes de Estopa, porque
fueron los primeros CDs que tuve, y sólo tuve esos, y
los escuchaba por la calle con el diskman colgado del cinturón,
primero un disco, luego otro, y así.

También
he de decir que no sé por qué,
pero tengo que hacerlo.

Contártelo.

Que lo mismo no estoy tan confuso si siempre tengo
un par de pupilas donde poder mirarme, sin miedo,
a que cierre sus ojos.

Conservo muy pocas fotos de cuando era pequeño,
y algún que otro vídeo de mi comunión, cumpleaños,
y una caja llena de recuerdos infantiles:

Piedras bonitas,
monedas extrañas,
postales,
folletos en francés,
mi primera hojilla de afeitar.

No sería capaz de sobrevivir en la selva, lo sé,
y si te deprimes a mi lado haré lo posible por hacerte sentir mejor, entiéndeme,
aunque muchas veces no lo consiga,
porque así soy yo,
un inútil.

Mi perra Yuly, fue atropellada por mi padre,
fue sin querer, ella
sólo estaba dormida bajo la rueda, y él,
no se dio cuenta, y arrancó.

Luego la enterramos en el huerto, y aquella noche,
dormimos, pero nadie soñó con nada.

Nunca tuve un primo de mi edad, sólo primas,
y más de una vez me pregunté,
cómo sería,
poder hablar con alguien del mismo modo, en el mismo contexto.

Una vez mi padre me gritó muy serio,
y desde ése día, ya no le hablo tanto,
pero le entiendo mejor.

Siempre he sido el primero en la lista de mi clase,
y siempre me corregían los ejercicios a mí primero,
siempre me sacaban a la pizarra,
siempre me preguntaban,
y no sabía,
y me tomaban por estúpido, pero sólo tenía miedo,
y vergüenza.

Siempre pierdo en el ajedrez, y siempre
quiero jugar con alguien para demostrar
lo inteligente que soy,
pero,
siempre pierdo.

No sé por qué digo todo ésto, pero
necesitaba mostrarme
pues quién sabe cuando volveré a tener oportunidad.

Una chica me enseñó a Cortázar, y yo
un año después de que desapareciese casi
por completo
de mi vida.

Compré ése mismo libro, para recordarla
y desde entonces es mi favorito.

Además me cuesta, escribir todo ésto, por verme,
tan ridículamente imperfecto, humano, y darme cuenta
de que otros son mejores, y creo
que no sé cual es mi primer recuerdo, y que olvidaré
el último que tenga.

Como no se tocar el piano, pulso teclas,
y me creo algo.

Fumo hachís casi a diario,
bebo tanto por diversión como por aburrimiento,
me enamoro todos los días,
y además me río de quienes se ríen de mí, como un
estúpido.

Tengo mi vida, un puñado de amigos, y muchos recuerdos.


"Y
una compañera que no está hecha a mi medida sino a la suya,
que es mucho más interesante,
y que me aguanta 5 páginas de tonterías continuas
y me deja ser así sin dejarme por ello,
y puede que ella,
sí,
sea el motivo
o el origen de todo esto que te cuento,
como excusándome un poco,
esta lista invertebrada de costillas y huesos,
y que cierro aquí
porque ella está conmigo pero sin mí,
haciendo sus cosas enfrente,
y yo
me muero,
(un último apunte: no sé dónde aprendí a tener deseos)
de ganas de darla un beso."
~Escandar Algeet

Collaboratio 1






Me sumiré en la esencia
de un universo virgen,
para buscar respuestas,
que salven a éste triste trotamundos,
derrotado.



Para volcar, al estilo gonzo
en un cuaderno lleno de figuras
que oprimen el verso corto
y a mas de uno, torturan.





¡Y es muerte, paraíso devastado,
la enfermedad de la que soy parte,
de la que tú eres parte,
seremos el último suspiro, del último arte,
diciendo en estertor inerte: "El mundo, se ha acabado."!



Todos los profundos, intentando buscar morada
en un oscuro diván, de versos ardientes
en deseo de buscar refugio en una mirada
o en unas cuantas frases que dejé pendientes.





Todos los enfermos, intentando salvar su alma,
corriendo descalzos, por el asfalto,
sus pies despellejados, bajo un sol, desierto en calma,
escalando afiladas crestas, buscando el escalón más alto,
macabra procesión, de carne respirándose sus fantasmas
y polvos de talco.



Porque los susurros se han convertido
en potentes explosiones a mis
oídos.




Porque besos succionan
almas,
arrancan vidas, y encadenan
al pasado.




El futuro
se amolda
confundiendo
el tiempo
en un afán irreversible
de querer escapar de
este bucle eterno.




Porque el después son sólo
planes de otros rotos,
posibles faltas de ortografía,
muñecos de viento
que danzan al son
de caricias de muerte,
en un trance sin final.





Caen finalmente audaces
todos los estruendos
al centro
del corazón que late por
un impulso iluso
que juega
con su cruel estafa
[un beso nauseabundo].





Se rompió el hilo de cuero
de la honda de David.
Compadécete de nosotros, mundo entero,
pues quién nos salvará ahora de Goliat,
se bañará en piscinas de nuestra sangre, mezclada
con mierda,
y con el jugo de la vid.



Sólo queda esperar el retorno
de aquel arcángel disecado
que hizo murió en sus propias
vísceras llenas de odio desatado
hacia un profundo infierno
lleno de ecos del antiguo rencor.





Lo dijo alguien ya: chorreamos
el asco de otros.
Imaginé sobre el regazo de mi madre,
bajo un sol de cojones,
arrancarme la piel
de la cara
a tirones, tirarla contra
el suelo, y gritar con rabia al público:
"¡Ésto no es lo que importa, cabrones!".



Vamos a escupir en las aceras
vomitando nuestros sentimientos
porque quizás asi queden selladas
tantas cartas que no mandamos en tiempo,
que dejaron de
tener un destino
seguro en
vida.





Porque somos vampiros
que tras años y años
de experiencia
aprendimos
a soportar la luz del sol,
los ajos
y las estacas en el corazón.




Queriendo borrar de la cabeza
todos los momentos
que hacen que genere
estas líneas caídas en la desgracia
del olvido que es presente
y siempre condena a todo
impune penitente.









~ Mur / Jaime González ~
(Escrito por Jaime González y Mur, siendo la primera estrofa escrita por Mur, la segunda por Jaime, y así sucesivamente hasta el final.)