"Soy un vampiro, y tras años y años de experiencia aprendí a soportar la luz del sol, los ajos, y las estacas en el corazón."

~Jack Red

04 mayo 2010

Colección de recuerdos y notas a pié de página

"Creo que no sabría hacer fuego sin un mechero o una cerilla. Tampoco sabría reanimarte si te caes a mi lado, y nunca he visto de cerca a una persona muerta, lo que todos llaman un cadáver, no lo he visto, ni he llorado en un entierro. Cuando murió Boni, nuestro perro, mi hermana me mandó un mensaje, y yo me sentí fatal porque no sentía nada. "

~Escandar Algeet


Puede que tengan razón al decir
que es mejor contarlo todo, no dejar ningún cabo suelto
me refiero a
que utilizo miles de ausencias como almohada,
y amontono recuerdos en rincones inhóspitos
en mi habitación.

Quiero decir
que pocas veces estuve a gusto cuando supe lo que iba a pasar.

Y he de reconocer que no he leído tan siquiera la mitad de los libros que poseo,
que durante tres veranos seguidos fui de vacaciones a Galicia,
hotel de tres estrellas y playas plagadas de rocas.

El resto
en desiertos de gente y plantaciones de risas falsas, jugando
a pasarme la pelota con mi hermano, piscinas por la tarde, escondites,
chistes, y vomitonas.

Siempre me quité las zapatillas antes
de pisar la cama.

Perdí la virginidad a los dieciséis, con una chica que medía poco más de metro y medio,
era morena, y siempre se pintaba la línea de los ojos de ésa forma tan particular.

Contarte que lo hice fatal aquella noche, y las cinco siguientes,
y desde entonces pienso que el placer es nulo,
si no quieres a ésa persona.

Creemos que viviremos un día más al menos,
nadie nos lo asegura.

Pensé en suicidarme tantas veces, pero no lo hubiera hecho,
nisiquiera
cuando lo pensé en serio,
porque soy un cobarde, tiemblo a la más mínima, y lloro
una vez por semana, e intento que sea sobre el mismo hombro siempre.

Aprendí a tocar la guitarra con una que me dejó un primo mío,
estaba rota,
pero yo era feliz arrancándole sus últimas melodías a ése pedazo de madera
mal cuidado. Y cuando ahorré lo suficiente, me compré una guitarra nueva,
y desde ése día nada fué igual.

Ésa guitarra se la regalé
a una chica con el pelo naranja, y el día que me dejó,
me la devolvió junto a un millón de tristezas, y ahora,
la tengo sobre la maleta,
cosas del destino, supongo.

Quería contarte mi lado más humano, para hacerte saber que,
bueno,
sigo sangrando, aún sin heridas.

Decirte que con quince años,
y no parece que fuera ayer,
me divertía andando en bici por la cuesta más empinada
del pueblo, y me caí,
y esa fue la primera vez que le tuve miedo a ir
demasiado rápido.

Decirte que con quince años,
soñaba con poder besar en los labios,
tener una novia que me quisiera,
un coche,
una vida lejos.

Mi pueblo era una cárcel vacía,
ni siquiera estaba acompañado
de penitentes.
El único era yo.

Murió mi abuelo,
mi primera calada a un cigarro,
todo iba muy rápido.

No recuerdo el día en que dejé de creer
en fantasmas, pero recuerdo,
cuándo dejé de dormir con mi osito
de peluche, y fue
el día que se lo conté -al que por entonces fue- mi mejor amigo,
y se rió de mí, me dijo,
"Eres un pringado".

Nunca rezaba antes de dormir,
y me confesé una vez en toda mi vida,
el párroco se veía aburrido de mentiras,
y ése día dormí en casa de mi abuela, una señora,
que ahora tiene setenta y muchos años,
todas las arrugas del mundo,
y canas pintadas de oro.

La primera chica con la que dormí, aparte de
mi madre, mi tía, mi prima,
fue Carla,
fue en una cabaña perdida, de un campamento,
y compartimos abrazos,
para mí la sábana, que es mas fina,
para ti el edredón.

Nunca se me dieron bien los deportes, pero
aprendí que la nieve resbala, y sobre una tabla,
gané mis primeras carreras, y me sentía
orgulloso, de poder deslizarme
ante el asombro de otros, y era feliz.

Más de una vez salí corriendo de la policía, nunca me pillaron.

Y no he viajado tanto como creen, lo más lejos que llegué fué a París,
éste año,
nunca olvidaré a esa gente con la que compartí
noches y días,
peleas y abrazos,
y cama.

Recuerdo que casi me quedo en Madrid por culpa de mi puta memoria, que funciona independientemente de mí
cuando le da la real gana.

Y vale, nunca fui el más rebelde de la clase, ni el más alto, ni el más duro, ni, hay que joderse, el más guapo.

Mi primer porro andando por la calle, me lo ofrecieron, iba borracho,
me dije: ¿Por qué no?
y ahora los lío como si nada,
pero siempre el ocio, antes que el vicio.

La primera asignatura que suspendí,
fue Literatura, qué ironía, la segunda
Filosofía, que me cuelguen. Desde entonces
las cosas no van muy bien, y estudio
cuando creo que es conveniente, y al azar
apruebo.

Un día aprendí a amar, y desde ése momento,
dije te quiero cada media hora, muchas veces
no con ésas palabras exactamente,
pero lo dije, y sólo recibí llantos,
y silencio.

De Machado aprendí que mientras sea hoy,
será siempre, y aún me lo creo, de ahí
que siempre vaya con tanta calma.

Y ahora
me doy cuenta de que tantas cosas que creí ser, son mentira,
y me confunde la existencia.

Que aprendí a leer a mis dos años, mi madre me enseñó,
y leía
los carteles que veía por la calle, pero me daba vergüenza decirlo en voz alta
y ella preguntaba: ¿Por qué no lees?

A escribir aprendí más tarde,
cuando me enamoré de México, o perdón,
cuando creí enamorarme, aun
me pregunto por qué guardo ésa bandera,
colgada en mi pared.

Una vez le regalaron a mi hermano pequeño una figurita de acción,
y yo lloré, porque él lo rompía todo,
y lloré porque me daba pena del muñeco, así que
cuando no se dio cuenta se lo quité,
y lo escondí,
encima de mi armario.

Cinco años después, me mandaron limpiar mi habitación
y encontré el muñeco, lleno de polvo, ahí,
donde lo había dejado.

Ahora
mi hermano sabe manejar un arma,
y yo no.

El verano pasado me compré un sombrero negro, me costó cinco euros,
y se lo regalé a una chica que acababa de conocer,
cuando desapareció tuve que comprarme otro,
y aún lo tengo,
a mi hermano le compré uno igual por ocho euros.

Éstos dos últimos años he vivido en Salamanca, y
hablo con mi familia dos minutos por semana, porque ellos me llaman, y creen
que no les quiero,
o algo así,
y se equivocan.

De pequeño creí que nunca llamaría tío a mi tío,
ahora lo hago.

Y me sabía las canciones de los dos primeros álbumes de Estopa, porque
fueron los primeros CDs que tuve, y sólo tuve esos, y
los escuchaba por la calle con el diskman colgado del cinturón,
primero un disco, luego otro, y así.

También
he de decir que no sé por qué,
pero tengo que hacerlo.

Contártelo.

Que lo mismo no estoy tan confuso si siempre tengo
un par de pupilas donde poder mirarme, sin miedo,
a que cierre sus ojos.

Conservo muy pocas fotos de cuando era pequeño,
y algún que otro vídeo de mi comunión, cumpleaños,
y una caja llena de recuerdos infantiles:

Piedras bonitas,
monedas extrañas,
postales,
folletos en francés,
mi primera hojilla de afeitar.

No sería capaz de sobrevivir en la selva, lo sé,
y si te deprimes a mi lado haré lo posible por hacerte sentir mejor, entiéndeme,
aunque muchas veces no lo consiga,
porque así soy yo,
un inútil.

Mi perra Yuly, fue atropellada por mi padre,
fue sin querer, ella
sólo estaba dormida bajo la rueda, y él,
no se dio cuenta, y arrancó.

Luego la enterramos en el huerto, y aquella noche,
dormimos, pero nadie soñó con nada.

Nunca tuve un primo de mi edad, sólo primas,
y más de una vez me pregunté,
cómo sería,
poder hablar con alguien del mismo modo, en el mismo contexto.

Una vez mi padre me gritó muy serio,
y desde ése día, ya no le hablo tanto,
pero le entiendo mejor.

Siempre he sido el primero en la lista de mi clase,
y siempre me corregían los ejercicios a mí primero,
siempre me sacaban a la pizarra,
siempre me preguntaban,
y no sabía,
y me tomaban por estúpido, pero sólo tenía miedo,
y vergüenza.

Siempre pierdo en el ajedrez, y siempre
quiero jugar con alguien para demostrar
lo inteligente que soy,
pero,
siempre pierdo.

No sé por qué digo todo ésto, pero
necesitaba mostrarme
pues quién sabe cuando volveré a tener oportunidad.

Una chica me enseñó a Cortázar, y yo
un año después de que desapareciese casi
por completo
de mi vida.

Compré ése mismo libro, para recordarla
y desde entonces es mi favorito.

Además me cuesta, escribir todo ésto, por verme,
tan ridículamente imperfecto, humano, y darme cuenta
de que otros son mejores, y creo
que no sé cual es mi primer recuerdo, y que olvidaré
el último que tenga.

Como no se tocar el piano, pulso teclas,
y me creo algo.

Fumo hachís casi a diario,
bebo tanto por diversión como por aburrimiento,
me enamoro todos los días,
y además me río de quienes se ríen de mí, como un
estúpido.

Tengo mi vida, un puñado de amigos, y muchos recuerdos.


"Y
una compañera que no está hecha a mi medida sino a la suya,
que es mucho más interesante,
y que me aguanta 5 páginas de tonterías continuas
y me deja ser así sin dejarme por ello,
y puede que ella,
sí,
sea el motivo
o el origen de todo esto que te cuento,
como excusándome un poco,
esta lista invertebrada de costillas y huesos,
y que cierro aquí
porque ella está conmigo pero sin mí,
haciendo sus cosas enfrente,
y yo
me muero,
(un último apunte: no sé dónde aprendí a tener deseos)
de ganas de darla un beso."
~Escandar Algeet

No hay comentarios:

Publicar un comentario