"Soy un vampiro, y tras años y años de experiencia aprendí a soportar la luz del sol, los ajos, y las estacas en el corazón."

~Jack Red

04 mayo 2010

Carta 7

Día 7:

"Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos

mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos

mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos

no haya telón
ni abismos

mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites"

~Mario Benedetti


Nuestra historia empezó escribiendo, y terminará escribiendo, aunque sólo lo haga yo. Siento si algo de lo que dije te molestó, sólamente fui sincero, allá tú cómo valores mi sinceridad.

Ha pasado ya más de una semana, y aún noto el sabor de tus besos en mi boca, tan nostálgico. Ha pasado más de una semana y aún veo tu sonrisa en las sonrisas, tu ropa en mi suelo, tu nombre en mi recuerdo. Aún noto tu tacto en mis dedos, tu voz en mi oído, tus lágrimas en mis mejillas...

Me gustaría que me dijeses todo aquello que no me dices. Sé que no lo harás, que ésto para ti es un juego, pero de verdad me gustaría que lo hicieses, decirme todo aquello que pensaste mientras me leías. Sé que no lo harás, pero me gustaría tanto...

¿Sabes? Voy a abandonar ese plan de futuro en el que permaneceríamos juntos, sé que ya no quieres estar junto a mí. Voy a abandonarlo, el año que viene permaneceré aquí todavía, entre recuerdos y fotos. Te deseo suerte. Deseo que todo te salga bien, que realices tus planes, que seas libre, que viajes, y que encuentres a ésa persona que te de lo que yo no pude darte. Espero que encuentres lo que buscas, sea lo que sea. Te deseo lo mejor. Sólo recuerdame, por ejemplo, cuando te comas una picota, o escribas un post-it, o cada vez que desayunes munchli...

Quizá con todo este lío de cartas, textos, y demás, sólo pretendía darle un bonito final a todo ésto. Quizá sólo pretendía darle un bonito fin a éste relato que somos nosotros, pues ya no somos más que una historia que contar. Simplemente quería que, si tenía que acabar, podría hacerlo de un modo especial, de un modo que me recuerdes, que recuerdes que éste loco, éste obseso, éste gilipollas... Un día te robó el corazón.

Ahorá pondré fin a la carta, al relato, a la historia, con ésas dos palabras, que quizá nunca quisiste oir:

Te amo.

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