Tan juntos y tan dormidos... Estaba el tiempo tan parado esa noche, que era inevitable que uno de los dos despertásemos en mitad de ella. Era, sencillamente, inevitable.
Y entonces respírote, tomando por mío el aire que escapaba de tus labios, casi agotado de intentar huir de la implacable fuerza de tu aliento, tan suave. Tomé por mío ese aire, notando cómo tu esencia impregnaba por dentro mis pulmones. Notando todos tus sentimientos en el aire que tú me entregabas, para nutrirme del poco oxígeno que no quisiste aprovechar, en esa bocanada de aire que primero fue tuya, y luego mía.
Respiraba de tí, notando en mi sangre tus palabras dormidas, tus Tequieros, tus besos en cada una de mis células, para alegría y euforia de todas ellas. Respiraba de tí, alimentando mi ser con tu suave aliento. Ahora sí que podía decir que en parte, yo estaba hecho de tí.
Y en tu sueño no lo notaste. No notaste cómo observaba tus párpados cerrados, tan dormidos, tú y yo tan cerca, tú y yo tan juntos.
Y en tu sueño no notaste cómo sonreía, y volvía a quedarme dormido...
___________________________________________
No hay comentarios:
Publicar un comentario