Carta 4

Día 4:

"Feliz caminaba agarrado a la cintura de su chica, tarareando yo qué sé canción. La miró y la notó pensativa, quiso alegrar su expresión dedicándole un suave y tímido "Te quiero", con miedo a ser oído por la gente de la calle. Así lo hizo. Ella le miró divertida, comprendiéndole, y le lanzó una sonora y descuidada respuesta, casi un grito, en voz quizá demasiado alta, entre risas: TE QUIERO. Él no puedo hacer otra cosa que reir a carcajadas..."

~ "Basado en hechos reales", Mur

Ése fue un fragmento, síntesis o resumen del recuerdo que te dije que terminaría escribiendo aquí, y que se encuentra completo en ésa libretita que tanto quieres ver.

No insistas tanto en que te deje ver mi libreta roja, pues al final cederé, y todo ésto perderá el sentido. Te dejaré verla cuando termine la séptima carta. Quizá te choque ver todas esas ideas concentradas, y generen en ti una opinión no muy agradable, que te haga pensar que estoy loco u obsesionado. Por eso quiero esperar, confío en que no ocurra eso, pero de todos modos, antes me aseguraré de que te he dicho todo lo que tengo que decirte.

Ya te diste cuenta hace un par de sábados, del peligro de ser demasiado sincero, creo que con todo ésto yo lo estoy siendo. Creo que estoy corriendo peligro al escribirte así, y creo que quizá no debería hacerlo. Ante esa duda, me limito a decirme: "Si tengo que irme, me iré haciendo un poco de ruido, sin querer pensar en a quién molesto y a quién no..."

Intenté ordenar mi cuarto un poco. Me topé con el libro que te dejé, ése marrón, viejo, que pertenece a mi madre. Ahora tiene el lomo completamente roto, debido al golpe que recibió contra el suelo, aquél triste jueves. Me da un poco de pena. Nunca en mi infancia llegué a pensar que acabaría así por un simple enfado, éso demuestra quizá lo difíciles que son de adivinar las cosas. De todos modos sonrío al verte sonreir, ahora que en cada sonrisa veo tu sonrisa...

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