"Soy un vampiro, y tras años y años de experiencia aprendí a soportar la luz del sol, los ajos, y las estacas en el corazón."

~Jack Red

05 mayo 2010

No basta. (Final de un cacahuete)



Yo no sé, mira,
pero últimamente tengo días tontos, en los que pienso
que a lo mejor el tonto soy yo, haciendo como que no pasa nada, día tras día, y pasa,
que estoy hasta los cojones de estar harto de días que ahora mismo no le desearía a ningún perro.
Te cuento:
Siento que no avanzo, o peor,
que llevo sin avanzar tanto tiempo...
Siento que las palabras no sirven ya para nada, y que el hablar es sólo malgastar saliva, pues diga lo que diga, lo explique como lo intente,
sigue siendo todo tan confuso...
Y ya no sé, me limito a responder "da igual" a todo, y lo peor, es que aún creo que no tengo motivos suficientes para estar así, es lo peor: Estar tan cansado por razones estúpidas.
Harto de la pereza de por las mañanas, de no ser capaz de levantarme cuando suena el despertador, de jugarme mis clases al pulsar el botón que me permite dormir "sólo quince minutos más"
quince minutos que se convierten en cuatro horas de descanso inmerecido. Fatal.
Harto de no ser capaz ni siquiera de escribir algo que me agrade, llevo demasiado tiempo buscando frases únicas que sólo encuentro en otros,
que no me queda más remedio que citar,
siempre por encima de todo lo que escriba, y después leerme y decir "puta mierda".
Cojo la guitarra y no suenan más que melodías ya gastadas en mis oídos, ya ni me motiva, sólo son recuerdos lejanos que no paro de repetir una, y otra, y otra vez, y me cansa.
No soy capaz de hacerlo bonito.
Toque lo que toque me suena a motivo para dejar de tocar. Es asqueroso.
Harto de descalzarme y empezar a tiritar, de que en mi habitación haga más frío que en la puta calle. Odio eso,
que ni siquiera pueda sentirme cómodo ni en el lugar que yo considero mi hogar. Estar obligado
a arroparme y a deshacer sólo la cama,
a ver cómo mi ropa se amontona y hace que ésto parezca la casa de un cerdo, y no tener ganas ni de limpiar.
Me voy a dormir, sólo,
me levanto, sólo,
veo a mucha gente, pero estoy sólo, y éso también lo odio.
No avanzo, ni un milímetro.
Harto de ver cómo el reloj marca un segundo más cada segundo, y cada segundo sea un segundo menos para que ésto se acabe, para cambiar de vida radicalmente.
Ya sólo quedan dos meses, te digo, y por lo visto, serán dos malos meses.
Todos los años igual, qué asco.
Últimamente paso miedo por las noches, y ésto es verdad,
y lo paso mal, en el rato entre que me acuesto y me duermo.
Con miedo a dejar de respirar en cualquier momento, y la ansiedad aparece, me incorporo entre sudores y una fuerte respiración, mareos, taquicardias, varias veces antes de soñar.
Fíjate si es grave, que he de tranquilizarme tomándome el pulso constantemente, para asegurarme de no dejar de latir.
Si el despertar es disgustoso, y el dormir es terrorífico, no te puedes imaginar siquiera cómo es el resto del día, en que el aburrimiento, las bromas sin gracia, los esfuerzos sin resultados, y un largo etcétera hacen presencia, siendo artífices de mis pequeños odios.
Pero sobre todo lo que es jodido de verdad,
es darme cada vez más cuenta de que en realidad te importo nada, o menos,
darme cuenta de que a pesar de lo que sabes de mí, y de todo lo que te he contado,
de tantos momentos que cada vez son menos, y de tanta mentira sobre mentira para sentirnos bien con nosotros mismos, no sientes nada. Absolutamente nada.
Que eso de tu sinceridad es mentira. Que dices lo que piensas, y una mierda. Que eres feliz, los cojones. Deja de hacerte la impresionada cada vez que me leas, abre los ojos, que sé que estas despierta, deja de ocultar verdades evidentes,
y si de verdad para ti no soy nada, dímelo y acabamos antes, y deja de mirarme de ése modo, de abrazarme cuando no quieres y de invitarme a que te quiera. No llego a imaginarme cuán es tu confusión.
Escribo esto para que veas,
que no eres el único motivo por el que estoy tan cabreado,
pero sí el más grande.
Y una cosa más, si cuando vayas a hablarme es sólo para decirme lo asqueroso, lo estúpido o lo payaso que soy, aunque no lo digas en serio,
mejor no abras la boca.

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