"Soy un vampiro, y tras años y años de experiencia aprendí a soportar la luz del sol, los ajos, y las estacas en el corazón."

~Jack Red

04 mayo 2010

Los días 20

Los días veinte no son ni serán para historias bonitas, si es lo que esperas leer. No de momento. No para mí. No hoy. Hoy no es un día para historias bonitas, así que si es lo que estás esperando, deja de leer ahora mismo.

Hoy es el día en que recuerdo lo que pasó otro día veinte. Hoy es el día en que no dormiré, por falta de sueño, por falta de comodidad. Hoy hubiésemos cumplido un mes más juntos, o aguantándonos, como solíamos decir. Un hoy de noviembre pusimos a prueba nuestro valor, o quizá nuestra compasión, y ése día veinte fue cuando comenzamos a salir, ése día coloqué mi primer papel sobre tu puerta, un día veinte creamos nuestro minimundo. Qué gracia, me sorprende que aún pueda reírme de éstas cosas...

Los días veinte... Después de todo no ha tanto que mantuvimos aquella conversación que concluyó en aquel beso, que concluyó en aquel estrecho vínculo, aquella relación en la que nos embarcamos, aquella relación que concluyó. Concluyó y ya está. Y casi me arrepiento de que lo hiciera, de verdad. Vaya, vuelvo a sorprenderme de mi propia capacidad para hacerme reír. Qué irónico es todo, ¿No?.

Hoy escribo ésto porque hoy es día veinte y ya no estoy contigo, y escribo porque no se me ha olvidado, y no creas que lo haré, no, ni de coña. No creas que lo haré. Por eso escribo todo ésto, y por eso lo escribo hoy. Porque aún puedo recordar que un día veinte tú me hiciste creer que me querías, y quizá de verdad me querías, y qué importa ya, qué más da. De hecho me inclino a pensar que acierto al creer que a ti sí que se te ha olvidado qué pasó ése día veinte. Y no me vengas con estupideces diciéndome que el día termina a las doce de la noche, y que estamos a veintiuno, pues ambos sabemos que el día no termina hasta que te despiertas, y te das cuenta de que de nuevo el sol ha salido, trayendo consigo una nueva jornada. Por tanto, hoy es día veinte, y se acabó.

Como ya te habrás dado cuenta, no duermo bien, y no es que me sienta orgulloso ni nada, ni presumo de ello, ni espero dar pena, ni me gusta, ni lo prefiero, pero gracias a ello falto a gran parte de mis clases, estoy de un mal humor constante, no como demasiado bien y me ensimismo con facilidad, y hoy que es día veinte más aún. Mi cabeza no para de imaginar cómo hubiese sido éste día, en aquella lejana realidad paralela en la que no me preocupa tu ausencia, porque no estas ausente, porque estás conmigo. Y lo que más me duele, de verdad, es darme cuenta de lo estúpido que soy imaginando esas cosas, de que no puedo pasar página de una jodida vez, y corro como un cobarde a escribir todo este montón de mierda, esperando que tú precisamente lo leas, y... ¡Y yo qué sé, que pase algo! Pero nada, una vez más no pasa nada. Y aquí sigo, un día veinte, a las tantas de la madrugada, sin sueño, sin hambre, sin ti.

Así que ahora te jodes si esperabas leer una bonita historia sobre un día veinte, te jodes porque hoy día veinte de Febrero, no es precisamente un día para historias bonitas.

_______________________________________________

No hay comentarios:

Publicar un comentario