"A las penas les doy cuatro días, con ellas haré cuatro hogueras"
me río de los actores que se limitan a interpretar su papel mientras que ella es el color de los versos que recitan, y late por mis venas,
y le da vida a este montón de tinta,
ella es la voz que coloca en mi mente éstas letras.
ella es la voz que coloca en mi mente éstas letras.
Me dice poeta, y yo le digo maga, aún sin chistera, y sin ases en la manga,
tan capaz de desinflar pulmones,
tan capaz de fabricar suspiros,
le digo maga, no por que tenga sus trucos
-que por supuesto los tiene-
se lo digo
-que por supuesto los tiene-
se lo digo
porque me fascina esa facilidad que tiene para abrir bocas,
y para cerrarme los labios.
Le susurro al oído te escribiría mil poesías en la espalda, y ella dice mi cuerpo es tuyo,
que no es sólo tu cuerpo lo que quiero, princesa de mis noches,
reina de mis días, le digo,
que quiero todo ese universo que tiene como frontera tu piel y tus palabras,
quiero ese todo que eres tú porque más allá de ti no hay nada,
quiero a la niña que fabrica esas risas,
y quiero a la mujer que se aguanta esas lágrimas,
porque llorar es un acto de rebeldía, y un sinónimo de tristeza,
y ella ni está triste, ni tiene motivo de queja.
Me dice calla, y se frustra,
y la entiendo,
me dice tu eres capaz de hacer llorar a las estrellas mientras te estás riendo,
y yo le digo pequeña,
tú las haces brillar de alegría cada vez que miras al cielo,
que yo seré poeta, si
pero tú eres poesía.
Entonces juega a enfadarse conmigo, y es mentira,
y lo sé, me dice:
Buenas noches, poeta.
Buenas noches, princesa.
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