"Soy un vampiro, y tras años y años de experiencia aprendí a soportar la luz del sol, los ajos, y las estacas en el corazón."

~Jack Red

15 agosto 2010

Espejo a contraluz

Nunca se lo dirás a nadie, ¿Verdad? Mírate, no eres más que uno más, asustado de significar sólo días de menos en vidas ajenas. Eres patético y dudas, oh sí, dudas aunque ninguna pregunta aparezca en tu mente. Eres incapaz de no completar las historias que no conoces con fragmentos de tu propio miedo, eres incapaz de no inventártelo, y sobre todo eres incapaz de no creértelo. Pasas las horas muertas sembrando miradas en el techo, y ni siquiera eres capaz de cosechar un gramo de tranquilidad. Estas sólo, sólo en un mundo en el que toda realidad gira en tu contra, o al menos de eso te convences. Te sientes constantemente estafado, ignorado, engañado, inocente, ¿Qué diablos te pasa? Eres un muñeco de barro, impasible por fuera, y lleno de hormigas por dentro, porque al más mínimo indicio de guiño con sorna te devoran los celos, ¿No es cierto? A la mínima curva de tu salud te crees muerto y olvidado, a la mínima letra de años atrás se te saltan los puntos de las heridas. No puedes evitarlo, estás enfermo, aprovechas cualquier brecha que de pie a pensar en lo más horrible, y lo piensas, y lo reafirmas, y tú mismo te envuelves en la tela de araña que formas, cada pequeño detalle cuadra en tu puzzle de una forma tan cruel y retorcida que parece cierto, y no sólo eso, ES cierto, te engañan, te mienten, no quieren que conozcas la otra cara de la moneda, pero lo que ellos no saben es que ya la conoces, tu maravillosa intuición es capaz de crear todo un hecho a partir de una sola palabra, oh sí, tienes un don, el don de creerte cualquier cosa que inventes, el don de perseguirte a ti mismo con tus propias paranoias, el don de mentirte, el don de ser un grandísimo gilipollas que no es capaz de confiar en nadie, pero claro, eso nunca se lo dirás a nadie, porque te tomarán por loco, te rechazarán, empezarán a cogerte asco y miedo. Das pena, en serio, ponte otra vez la máscara, y deja de mirarte al espejo.

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