"Soy un vampiro, y tras años y años de experiencia aprendí a soportar la luz del sol, los ajos, y las estacas en el corazón."

~Jack Red

13 abril 2011

Bosquejo nº 3 sobre una sonrisa: Una de dos


Estoy seguro de que el cielo susurra tu nombre cada mañana,
cuando abro mi ventana dejándole un poco de aire a mi vida,
alguna vez te oí entrar escondida entre las hebras de la brisa,
noté tu mano acariciando mi cuello, tan suavemente,
quizá era el viento,
pero sonreí como si allí estuvieras,
como si fueses ese trago de aliento en el más cómodo de los bostezos,
llenando de vida mi alma, y mi cuerpo,
y tu voz,
quisiera tenerla como despertador,
esa voz que pareciera salir de la mismisima boca de la ternura,
inconfundible y a la vez nueva cada vez,
quisiera que fuese mi himno de orgullo,
mi banda sonora,
dios mio,
a veces te juro que mataría por ella,
con la misma piedad con la que ella me mata de amor.

Y qué será de nosotros, me pregunto, a las puertas de esos siete días que serán eternos sin tus besos,
qué será, pequeña, quizá te des cuenta, no sé,
de que no merece la pena seguir renovando la esperanza,
ya sea por éste lado de libertades y risas,
ya sea por ése otro de recuerdos y años,
quizá te des cuenta y decidas, quizá...

Y quizá, puestos a elegir, no me elijas.

De ser así...
De ser así acepta la última sonrisa de amor que me dibujes en la cara,
guárdala porque te la mereces, es mi regalo,
atesórala porque es tuya y tú eres su autora,
no la olvides, aunque mis ojos se tornen de piedra y mis labios mueran en una triste mueca,
no la olvides, aunque me veas llorar hacia dentro en llantos inconsolables que negaré que existan,
no la olvides, aunque deje de acariciar tu piel con el corazón puesto en la punta de mis dedos,
no la olvides, por favor, aunque quiera huir del mundo y no te deje sujetarme,
no la olvides, aunque te sientas traicionada por mi alegría,
no lo hagas, aunque ello te lleve la vida...

Yo recordaré, como hago siempre,
sabes que no soy de los que esconden sus recuerdos,
pero no sabes que a veces soy yo quien se esconde de ellos,
y habrá veces que me veas con más miedo que sangre en el cuerpo,
y habrá veces que grite en silencio y no puedas evitar taparte los oídos,
y será bonito, pero no en ese momento...

A veces, tengo miedo de qué decidas.

Sólo te pido que si lo haces,
tomes el camino que tomes,
de ninguna manera te sientas culpable.

Lo sabes, te siento,
y clavo ese poste en el suelo,
con la esperanza de que resista de pié,
durante toda ésta semana de huracanes y vientos.

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