"Soy un vampiro, y tras años y años de experiencia aprendí a soportar la luz del sol, los ajos, y las estacas en el corazón."

~Jack Red

22 abril 2011

Allí fuera hay alguien

Cómo no hacer caso a la distancia, cuando hay todo un paraíso esperándome al final de la carretera,
invitándome a caminar a su lado descalzos por ésta arena de mil relojes,
porque nunca nos importó el tiempo,
ni enamorarnos en una semana,
sabemos que las manecillas son como agujas,
y señalan,
y acusan,
así que aprendimos a dejar de mirarlas, y si lo hacemos,
que solo sea para ver la hora, para quedarnos con el momento.

Entonces nos abrazamos un poco con la paciencia de los sabios, con la prisa de los novatos,
y acariciamos nuestros costados, tumbados,
mirándonos,
viendo a través de los ojos del otro todo un nuevo mundo de pasiones y escándalos,
pisando firmemente suelo ajeno, sin miedo, perdiéndolo a cada segundo, no echándolo de menos,
con una cuerda atada a la cintura por si nos perdemos,
saber recuperar el rumbo,
poder caminar el cuerpo del otro con los dedos, con total libertad,
poder palpar su universo en su pupila, acariciarlo con la mirada,
andar por la hierba,
sobre una cama,
y sonreír porque nos gusta el tacto del pasto de nuestras ideas,
sonreír de felicidad sincera, encontrarnos ahí dentro,
en el etéreo de compartir nuestra mente, y nuestro cuerpo,

y cortar estas cuerdas,

y dejarnos llevar...

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