"Soy un vampiro, y tras años y años de experiencia aprendí a soportar la luz del sol, los ajos, y las estacas en el corazón."

~Jack Red

03 abril 2011

Bosquejo nº 1 sobre una sonrisa: Amor bizarro

"Se besaron en una esquina del universo 

y luego se dieron la mano 

para bajar del abismo a la realidad."


~Escandar Algeet



Dicen que los principios siempre son hermosos, y que los finales suelen ser horribles, pero temo que debo tener algo mal por dentro porque mis comienzos siempre han sido caóticos y confusos, y mis finales siempre los he encontrado, por qué no decirlo, hermosos. Hermosos dentro de ese contexto de tristeza y recuerdo que forman un bucle realmente agotador, tanto para la mente como para el corazón. Tan hermosos, con todas las lágrimas que conlleva, que si los miro un poco con perspectiva puedo incluso dirigirme una sonrisa de compasión y nostalgia, un "fue bonito", un par de ojalases, y utópicas e infinitas ganas de volver.

Ahora, lo que es ahora, puedo mirar a mi espalda y observar nuestro principio, puedo vernos reír cada payasada con todo el cuerpo, puedo recordar nuestro primer cruce de miradas y la primera vez que me negué de ti, y la primera vez que no lo hice, la primera vez que te deseé tanto que se me astillaron las costillas de luchar contra mi corazón. Puedo oler de nuevo tu pelo por primera vez sin que apenas te des cuenta y apreciar en el recuerdo la melodía de tu risa haciendo eco a través del tiempo, y reírme aún contigo aunque no estés aquí, puedo ver que no ha ni dos meses ya eramos dos bombas de relojería activadas y listas, y me gusta recordar con detalle cada hebra de esa mecha consumiéndose lenta pero inexorablemente con el único objetivo de explotar. Y explotó. Vaya que si explotó. Explotó dejándonos desnudos ante un futuro cargado de poesía, explotó y nos pilló abrazados una noche cualquiera, medio jugando medio no, y me pediste que te regalase un recuerdo eterno, y ahí estuvo a la vez el acierto, y el error, y el beso. 

Ahora mismo me aferro a la ultima imagen que poseo de ti, saliendo por esta mierda de puerta que anuncia más de lo que oculta, con esos tristes ojos grises evitando mirarme, para no sentir compasión, ni pena, para huir de un último beso más, no hacer más dura la guerra, y sólo irse, sin arrepentimiento, sin dudas, sin una última canción. Y sé que no te he perdido, lo sé, pero éste sentimiento se parece tanto, me muerdo las uñas de incertidumbre acariciando mi nudo del estómago y lo que no sé es si continuamos en el principio, en nuestro caótico y hermoso principio, o en el final, también caótico, y supongo que, con el tiempo, hermoso.

Y no hace unas horas que te dejé marchar, pero sólo de imaginarte no volviendo a entrar por esta puerta, ya te estoy echando (ni te imaginas cuánto) de menos.


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