"Soy un vampiro, y tras años y años de experiencia aprendí a soportar la luz del sol, los ajos, y las estacas en el corazón."

~Jack Red

11 febrero 2014

Aguja en el pajar

Tras aquel error en potencia sobrevino una suerte de casualidad que resultó grata para ambos, puede que por aquello de querer tomar la iniciativa tantas veces sin éxito, por una avalancha de ganas y curiosidad —no solo suyas, nuestras, de todos—, o por haber forzado al destino a punta de pistola para que se manifestase. Quizá por ello fue que éstas dos personas decidieran, por una vez en su vida, abandonar la norma y volcarse en la suerte, un poco juego un poco en serio, vendiéndose a ese diablo de los amores imposibles del que tanto se habían esforzado en huir escondiéndose entre las lagrimas de otros ojos, entre el cabello de la desidia o tras los labios de un maniquí. Probablemente sea por eso mismo que estén ahora tan locos y ciegos pensando que han logrado desafiar a los ceños y a las preguntas, creyéndose vencedores del juego inventado de las sonrisas, y no se dan cuenta de lo verdaderamente solos que se encuentran tras la ilusión. ¿Se seguirán mirando a través del vidrio roto, o quizá lo rompan del todo y se enfrenten al irrefutable juicio de un futuro inclemente? ¿Lograrán su incierto propósito, o volverá la tristeza a inundarles los párpados y a secarles el corazón? Lo único que está realmente claro es que aún es demasiado pronto para adelantar acontecimientos, y la suerte, como ellos bien saben, solo sonríe a los que la olvidan.

3/2/14

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