"Soy un vampiro, y tras años y años de experiencia aprendí a soportar la luz del sol, los ajos, y las estacas en el corazón."

~Jack Red

15 marzo 2011

Dinámica

Ese día, había cinco pájaros posados en el cable de tensión que cruzaba la calle Arbiel, una señora esperaba en la parada número ocho de la línea tres de autobuses dirección Campales, Andresito jugaba con una pelota de goma en el balcón, y su mamá hacía la comida. Un director de instituto despotricaba en la calle al ver la multa que le había puesto un policía local hacía tan solo dieciséis minutos, tres amigos reían en un parque, observados de lejos por Irene, un honrado trabajador cruzaba con prisa un paso de cebra con el muñequito en rojo, un coche daba un frenazo, había que cerrar la ventana de casa de Inés. En el tercero segunda del número veinticuatro de la calle Valencia, Daniel fumaba, y su compañero de piso se despertaba con resaca. En el piso de abajo una mujer llora, y en la azotea María respira libre. Alguien observa las nubes a orillas del río, y otros hacen compras, nadie da ni un céntimo a la anciana que pide arrodillada en la puerta del super. Él sufre una brutal paliza por parte de un grupo de atracadores, y mientras su padre se rasca la barbilla preguntándose cuánto tiempo le queda. Gabriel quiere decirle algo a la chica que ama, pero no se atreve, ella se encuentra en la estación de tren pensando no en Gabriel, sino en Fran, quien en ese momento escribe un sms a Sonia, que pone el móvil en silencio para que no lo oigan en clase. Y otro chaval de esa misma clase se duerme sin querer, y se ríen de el sin que se de cuenta.

Al día siguiente, no había ningún pájaro posado en el cable de tensión que cruzaba la calle Arbiel, quien esperaba en la parada número ocho de la línea tres de autobuses dirección Campales ahora es un estudiante de informática que llega tarde a clase. Andresito ve sus dibujos favoritos mientras huele la carne, su mamá llora de nuevo en la cocina, y en el piso de arriba Daniel fumaba, y su compañero de piso Gabriel de nuevo piensa en Inés, cuyo gato acababa de caer por la ventana abierta de su casa. Un honrado trabajador estaba en la habitación 316 del hospital Santa Catalina con múltiples fracturas, en la habitación 317 hay una anciana desnutrida, y él está en la 318 muerto de rabia, sin cartera, mientras que su padre ya no va a despertar nunca más. Un policía juega con su hija en su día libre, y un director de instituto dimite por estrés. Tres amigos se drogan en casa de uno, Irene se pregunta dónde están. Sonia hace el amor con su novio, pero piensa en Fran, quien ahora mismo visita a su padre en la habitación 318 del hospital Santa Catalina. En el ascensor del número veinticuatro de la calle Valencia, el papá de Andresito se mira al espejo, e intenta ocultar las marcas de los besos de María. Alguien juega a orillas del río con la pelota de goma que se había encontrado en la calle Valencia, mientras que su amigo duerme en el césped, esta vez sin que nadie se ría de él.

Y mientras tanto, otros compran en el super de la calle Arbiel, y nadie observa las nubes...

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