"Soy un vampiro, y tras años y años de experiencia aprendí a soportar la luz del sol, los ajos, y las estacas en el corazón."

~Jack Red

24 octubre 2017

Luz de reserva (Comer comas XI)

De dónde sacaré este amor que malgasto y no tengo es algo que gimo por dentro cuando mi cara es de piedra y mis pies ya apenas me llevan tengo los dedos rotos de tratar de enmendar errores y los ojos rojos de soñar despierto me duele el cuello de tratar de erguirme me tiemblan las manos de sujetarme el alma y se me doblan las rodillas todas las noches al pie de la cama mientras sangro por los codos de empollarme la vida y aún así no me sirve de nada el drama y tú dirás que soy distinto o que he cambiado que en algo habré mejorado si al final y después de tanto he dejado un imperio de sonrisas a mi espalda pero me veo en el espejo y soy la misma hoja caída del árbol cada día más seca y con la mirada perdida en los rincones más profundos de tantos corazones que no son el mío porque bajo todo este montón de escombros de los que hago fortaleza me siento tan inseguro como el día que me presentaron a esa niña que amé y me olvidó en ese preciso orden y me dediqué al llanto desde tan joven que vacié el depósito de lágrimas y lo llené de canciones y ahora las horas son de mirar la pantalla de un móvil que odio y una cerveza a la semana es un lujo que a duras penas penas cabe en mi bolsillo y espero no se a qué que cambie o a quién que me salve cuando sé que no me queda más que este cuerpo para moverme que no sonará el teléfono ni se abrirá la puerta ni entrarán los rayos de sol por los agujeros de la persiana como lo hizo aquél día y que ni siquiera esos aromas harán presencia más allá de los cuellos a los que se agarran y sé que ella me diría muévete pero aquí solo hay cuatro muros de silencio y un techo de estrellas apagadas y mira que me he roto los huesos golpeando la luna trasera pero el coche no se para y sé que acabaría de nuevo dentro aunque me tirase en marcha por eso escribo notas y las lanzo por la ventana mientras cada kilómetro se vuelve más frío más corto y sin embargo lo que más me destroza es que el día que muera en mi cabeza estaréis todos y en mi cuarto sólo habrá polvo ya no sé como pedirte que corras seas quien seas y grites que estás ahí que necesito oírte que llevo toda la vida analizando rastros huellas pruebas pistas y aún así no te siento cerca y no sé cuánto más podré joderme la garganta inventándome tu nombre antes de agachar la cabeza y ahogarme en este océano de gente no sé cuántas bengalas más podré lanzar al aire antes de echarme al mar con todos esos peces que tantos presumen que hay mientras olvidan a los tiburones y los abismos no sé cuánta más lija podré acariciar en pieles que no son la tuya antes de que no haya yemas que echar de menos y no sé cuánta sal más podré palear trazando el rumbo más absurdo que me conduzca a ti antes de que el metal se oxide y la hoja se melle y me quede parado ahí de nuevo mirando hacia atrás porque quizá para entonces ya habré consumido todo aquello que tenía para darte.

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