"Queridos seres humanos:
Os habéis convertido en mi odio, en los protagonistas de mis malos viajes. Sois mi castigo, mi enfermedad, mi enemigo. Os odio, por tornar oscura mi superficie, por destruir el cielo, por arrasar la tierra, por aniquilar la vida, porque mis pedazos se sujetan con cables ahora, y en las ciudades no habitan más que las ratas, emborrachándose con vuestra sangre, con la que regasteis la semilla de la destrucción. Me convertisteis en una máquina, en óxido, los bosques se volvieron desiertos, y los océanos se evaporaron, moriréis por vuestra arrogancia, por pretender ser superiores al mundo, por querer controlarlo todo.
Queridos seres humanos, os miro y siento asco, tan insignificantes, tan inseguros, tan ignorantes, seres de carne que bailan al son de la música del por qué. Cómodos, imbéciles, no aspiráis a nada, os va lo insípido, tibio, lo neutro, lo soportable, nada os pertenece, pereceréis siendo nadie. Y nadie vendrá a socorreros, nadie escuchará vuestro agónico llanto, os ahogaréis en mis lágrimas, soplaré fuerte que huracanes arrasarán vuestras ciudades, gritaré fuerte que se quebrarán todos vuestros oídos, y entonces, queridos seres humanos, estaréis en el lugar que os pertenece. ¡Seres humanos, vuestra presencia es un castigo!
Ésta noche un ojo enterrado en vísceras llorará su última lágrima, dijo la tierra..."
No hay comentarios:
Publicar un comentario